T. Nieva
Domingo, 26 de mayo 2024, 21:30
Donald Trump quiso este fin de semana amasar votos y se presentó a la convención nacional del Partido Libertario en Washington para promoverse como el candidato al que deben apoyar en las próximas elecciones presidenciales. Los asistentes al congreso, cuyo fin era precisamente designar a su propio aspirante, le abuchearon entre gritos de «tramposo», «usurpador» y «embustero», a lo que el líder republicano respondió: «Parece que no queréis ganar».
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El Partido Libertario, cuyos postulados son próximos a los conservadores pero más radicales en algunos casos, solo obtuvo un 1,2% de papeletas en 2020. Sin embargo, Trump trata de atraerse a sus simpatizantes, convencido de que todo voto será necesario en las urnas ya que las encuestas le dan un empate bastante reñido con el actual presidente, Joe Biden.
El ambiente resultó lo menos parecido a un mitin del magnate. Por regla general, miles de simpatizantes entregados asisten a cada una de sus celebraciones políticas, esperan horas a poder acceder y se deshacen en aplausos o carcajadas cada vez que siu ídolo hace un chiste. Entre los libertarios se sintió incómodo. Fue un acto estridente, lleno de gente que voceaba o entablaba competiciones entre quienes aplaudían o abucheaban al líder conservador. También es cierto que se trata de la primera vez en la historia electoral estadounidense que un candidato presidencial se entromete en la convención de otro partido y pide a sus delegados que le nominen a él. Más en este caso, que los libertarios tienen fijación por otro polémico político, Robert F. Kennedy Jr.
Trump no solo hizo varias promesas a sus militantes si llega a la Casa Blanca, sino que incluso garantizó la designación de un libertario en su gabinete. Un sueño para un partido que en 2016 alcanzó su techo electoral con solo el 3% de papeletas de los estadounidenses a su favor.
Que el controvertido político apareciera en un acto de otra formación no ha sido fruto de la casualidad. Trump presionó a sus asesores y varios miembros relevantes del Partido Libertario para conseguir ser el invitado princial a su congreso nacional. Lo que nadie esperaba es que él mismo se postulara indirectamente para atraer a los electores. Al final, acabó mal. Se mostró impaciente, lanzó un par de disimuladas invectivas al auditorio y se bajó del escenario con gestos de incomodidad.
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