Joe Biden. Reuters

La sombra de Anita Hill

Los dramas familiares han marcado la vida del vicepresidente de Obama, que cedió a Hillary Clinton la oportunidad de sucederle

Mercedes Gallego

Corresponsal en Nueva York (EE UU)

Jueves, 25 de abril 2019

En la época del #MeToo, el último lugar donde querría estar un político estadounidense es en el centro de la audiencia de Anita Hill, la afroamericana de 35 años que encarnó públicamente en 1991 el papel de víctima de acoso sexual. Joe Biden presidía el ... Comité Judicial que la sometió a un violento interrogatorio cuando tuvo la valentía de testificar contra el juez afroamericano Clarence Thomas, que había sido nominado para el Supremo.

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Biden se resistió a permitir que se hablara de «asuntos personales» y se negó a que testificaran otras víctimas de acoso con el mismo juez. «Me hizo un mal servicio, a mí y, más importante, al público», ha dicho Hill, a la que no llegó a pedir perdón hasta este mes.

Todo su historial de lucha por la igualdad salarial de las mujeres y contra la violencia de género queda empañado por esa actuación, resucitada con las acusaciones que enfrentó hace sólo tres semanas. Varias mujeres denunciaron las inapropiadas muestras de afecto que les propició. «Ya, ya lo pillo. Las barreras personales han cambiado, seré más cuidadoso», zanjó.

Se le perdonó como gaje del estilo campechano que le permite conectar con la América profunda y por su conocido paternalismo. En 1972, poco después de ganar su primer asiento al Senado, su mujer y su hija fallecieron en un accidente que dejó malheridos a sus otros dos hijos. El conductor contra el que se empotraron iba borracho. Su dedicación para criarlos y convertirlos en ciudadanos ejemplares conmovió a las mujeres durante décadas y cuando podía haber agotado los réditos, volvió a golpearle la tragedia. Beau, el mayor, que había servido en Irak y fue fiscal general de Delaware, murió de un tumor cerebral en 2015, justo cuando su padre se planteaba presentarse a las elecciones para suceder a Obama. Abrumado por el duelo, Biden se echó a un lado y dejó a Hilllary Clinton la oportunidad que él había buscado ya en dos ocasiones. La tercera puede ser la vencida, pero sin duda la última para quien ya sería el presidente de más edad en llegar a la Casa Blanca.

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