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MERCEDES GALLEGO
CORRESPONSAL. NUEVA YORK
Viernes, 15 de julio 2022, 21:17
Una vez más, el senador demócrata de Virginia Occidental, Joe Manchin, torpedea los esfuerzos de su partido para aprobar un paquete económico clave para la presidencia de Joe Biden. El reparto salomónico del Senado a 50-50 que salió de las urnas en 2020 ha ... convertido al presidente en un pato cojo, que siempre se tropieza con dos piedras: Manchin y la senadora de Arizona, Kyrsten Sinema, tan conservadores que coinciden más con la oposición del Partido Republicano.
Su presencia dentro de las filas demócratas da la falsa impresión de que la formación tiene el control de las cámaras, y si no aprueba más leyes es porque no quiere. Eso ha creado gran resentimiento entre las bases demócratas hacia el presidente Biden, que tiene las manos atadas mientras ve caer sus índices de popularidad hasta el 36% en la última encuesta de NBC, por debajo incluso de Donald Trump.
Entre Manchin y el Supremo, el presidente no levanta cabeza. El senador de Virginia Occidental mató en diciembre pasado su ambicioso plan de Build Back Better que hubiera invertido 3,5 millones de dólares en relanzar la economía, modernizar el país, ampliar la red social y reforzar la lucha contra el cambio climático. El mandatario encajó la derrota y se esforzó en negociar un paquete más pequeño de 1,75 billones, que ha tenido a líderes del Congreso muy ocupados.
Hasta el jueves parecía que estaba a punto de materializarse. De hecho, Manchin dijo la víspera a puerta cerrada a un grupo de ejecutivos que había acuerdo un acuerdo gracias a las muchas concesiones que habían hecho sus líderes en temas energéticos para proteger la industria del carbón, de la que vive su estado y su portafolio. Por eso sorprendió a todos que el jueves por la noche dijera tajantemente en una entrevista de radio que no podía apoyarla la ley. ¿Qué es lo que había cambiado?
Ese día se hicieron públicos los datos de inflación de junio, muy por encima de lo esperado. El 9.1% ha hecho pisar el freno a inversores y consumidores. Además, garantiza que la reserva federal volverá a subir significativamente los tipos de interés en la próxima reunión del 26-27 de este mes. Muchos analistas creen que con la contracción económica que todo esto supone, la recesión es inevitable. Manchin está convencido de que un nuevo paquete económico dispararía aún más la inflación, por mucho que su partido necesite ofrecer a los votantes alivios concretos antes de las legislativas de noviembre, en las que se renovará toda la cámara alta y un tercio del Senado.
«Los titulares políticos no valen lo que sufrirían millones de estadounidenses para poder pagar la cesta de la compra y echarle gasolina al coche con una inflación del 9.1%», explicó su portavoz, San Runyon en un comunicado. «El senador Manchin cree que es hora de que los líderes dejen a un lado su agenda política, y la ajusten y reevalúen de acuerdo a la realidad económica que enfrenta el país, para no echarle más gasolina al fuego de la inflación».
El paquete incluía incentivos económicos para reducir la emisiones de carbón a la mitad a final de esta década y regresar a los niveles de 2005. Sin eso será imposible que EE UU pueda cumplir la promesa que Biden ha hecho a la comunidad internacional para mantener el calentamiento global del planeta estable con 1.5 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales. «Esta es nuestra última oportunidad para prevenir los efectos más catastróficos del cambio climático», lamentó el senador Ron Wyden. Además, sin este paquete 13 millones de estadounidenses verán dispararse sus cuotas de seguro médico para el año que viene, por lo que la debacle social y política se avecina.
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