Secciones
Servicios
Destacamos
ivia ugalde
Viernes, 2 de abril 2021
Tres meses después del mayor golpe a la democracia de Estados Unidos, el Capitolio volvió a revivir el viernes su peor pesadilla. La tragedia se desencadenó a las 13:02, hora local, cuando un joven negro de 25 años, musulmán, oriundo de Indiana y seguidor ... del antisemita movimiento 'Nación del Islam' que decía estar «en busca de un viaje espiritual» atropelló de forma deliberada con su coche a los dos agentes que custodiaban la barrera norte de la sede del Congreso. La macabra acción costó la vida al veterano oficial William F. Evans, mientras que el sospechoso tuvo que ser abatido tras salir de su coche esgrimiendo un cuchillo.
Aunque el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, explicó que «aún queda mucho por determinar» la naturaleza del ataque, los primeros indicios sugieren que no se trató de un atentado terrorista. Noah Green, como se ha identificado al autor de los hechos, encaja más bien con el perfil de un hombre atormentado, que sufría paranoias, según se desprende de sus últimas publicaciones en redes sociales como Facebook e Instagram, que han sido ya desactivadas.
«He sufrido múltiples asaltos en mi casa, envenenamientos, ataques del FBI y la CIA, operaciones no autorizadas en el hospital, controles mentales....», decía a sus seguidores mientras acusaba al Gobierno de ser «el enemigo número uno de los negros».
Desempleado, sin antecedentes, aquejado de problemas de salud que no han sido especificados, Green se jactaba de ser un incondicional de Louis Farrakhan, líder del grupo 'Nación del Islam'. También profesaba devoción por el activista Malcom X y se ha sabido que se graduó en la Universidad Christopher Newport, Virginia, donde jugó al fútbol americano y obtuvo un diploma en Finanzas en 2019.
A falta de que las pesquisas permitas conocer las motivaciones del segundo ataque que sufre el Capitolio en lo que va de año, la conmoción en el país es total. El presidente de EE UU, Joe Biden, reconoció sentirse «devastado», al igual que la primera dama. «Jill (su esposa) y yo tenemos el corazón roto», dijo en un comunicado desde su residencia de fin de semana de Camp David, a las afueras de Washington, donde se encontraba cuando se produjeron los hechos.
La sensación de vulnerabilidad ha vuelto a dispararse en un momento en que comenzaban a retirarse las vallas levantadas tras el brutal asalto perpetrado por afines a Donald Trump el pasado 6 de enero, que dejó cinco muertos, entre ellos un agente del Capitolio. No obstante, alrededor de 7.000 efectivos de la Guardia Nacional seguirán vigilando el edificio al menos hasta mediados de mayo.
Los mensajes de condolencias y de dolor iban dirigidos este sábado al fallecido oficial Evans, al que avalaban sus 18 años de servicio en la Policía. «Es un mártir de nuestra democracia», expresó la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.
El Congreso está sin actividad política por las vacaciones de Pascua, hasta la semana próxima. Por esta razón ningún miembro de la Cámara de Representantes y del Senado se encontraba en su interior cuando se produjo el ataque el viernes.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.