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caroline conejero
Nueva York
Jueves, 19 de diciembre 2019, 23:04
Desde muy temprano en el día después de ser condenado por altos crímenes y delitos por la Cámara baja del Congreso, la cuenta de Twitter del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, desataba este jueves su furia contra los demócratas. Lo hizo declarando que, «si ... retienen» los cargos del 'impeachment', perderán por defecto.
El mandatario se refería a la decisión tomada poco antes por la presidenta de la Cámara de Representantes, de donde ahora el proceso del 'impeachment' deberá trasladarse al Senado. Nancy Pelosi anunció su intención de retener los dos artículos en los que se basa la acusación, abuso de poder y obstrucción al Congreso, y no entregarlos a la Cámara Alta hasta que se asegure un juicio imparcial en este foro.
53 senadores conforman la mayoría republicana en la Cámara alta, que les asegura el rechazo al 'impeachment' contra Trump.
El proceso. La demora en el juicio político favorece a los demócratas en la precampaña electoral
Un guión preconcebido. En el debate se dijo 60 veces que «nadie está por encima de la ley» y en otras 29 se habló de «día triste»
Pelosi, que trató de restar dramatismo a la jugada, pretende con ello poner presión sobre el líder del Senado, el republicano Mitch McConnell, para forzarle a negociar con el líder de la minoría demócrata, Chuck Schumer, un acuerdo que asegure unas reglas de imparcialidad. También la comparecencia de testigos importantes, como el exconsejero de Seguridad Nacional John Bolton y Mike Mulvaney, jefe interino de Gabinete de la Casa Blanca.
Para justificar la retención de los artículos Pelosi señaló que no puede nombrar a los gerentes del 'impeachment' en el Senado hasta que no se logre un acuerdo sobre la inclusión de testigos y la propia estructura del juicio político. Peticiones que fueron ya rechazadas de antemano por McConnell antes de recibir oficialmente el proceso del juicio político al presidente Trump.
Mientras Pelosi y Schumer mantenían reuniones sobre la estrategia de traspaso del proceso al Senado, McConnell advertía que podría perfectamente aprobar una resolución de terminación del 'impeachment' por mayoría simple con sólo los votos republicanos.
McConnell queda emplazado así a un pulso de poder político con una rival a su altura, Nancy Pelosi, en una estrategia que eventualmente sólo retrasará la inevitable derrota del 'impeachment' por parte de McConnell, 'la guadaña' como le gusta denominarse a sí mismo, el muro en el Senado donde van a morir todas las iniciativas demócratas del Congreso. El astuto negociador de Washington, temido por sus tácticas demoledoras y recalcitrante en sus decisiones, se convierte en el republicano más poderoso de quien el presidente depende ahora para salvarle en el juicio del senado.
Ya declaró hace semanas que de ninguna manera condenará al líder de su partido, y permanece impasible ante la estrategia de Pelosi. En su comparecencia en el Senado este jueves, McConnell acusó a Pelosi de estar asustada y ridiculizó a los demócratas por tratar de retrasar el juicio político en el Senado después de declarar la urgencia en imputarle en la Cámara baja.
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El veterano republicano, que rechazó las investigaciones demócratas del 'impeachment' como delgadas y débiles, calificó de «cómica» una situación en la que acusó a los 'acusadores' de haberse enfriado tras obtener la victoria en el voto del miércoles y de cuestionar su propia estrategia a los ojos de todo el país. En respuesta, Schumer reiteró que los demócratas solo quieren un juicio limpio en el Senado pero que McConnell no tiene intención alguna de hacerlo.
Con una mayoría de 53 senadores los republicanos tienen la derrota del 'impeachment' asegurada, aunque conservadores moderados como Susan Collins quieren ver un acuerdo entre McConnell y Schumer, en lugar de la demolición que buscarían los demócratas.
El 'impeachment' fue aprobado el miércoles por la noche en la Cámara de Representantes en una sesión histórica que no sorprendió a nadie, con el bloque de la mayoría demócrata en una predecible e interminable asamblea con tonos funerarios después de que Nancy Pelosi pidiera contención a sus miembros para otorgar al proceso un tono solemne y constitucional. «Estamos aquí para defender la democracia del pueblo», reiteró en un esfuerzo por contrarrestar las acusaciones republicanas de revancha partidista de los demócratas.
La sesión de voto se saldó con 230 demócratas a favor y 197 republicanos en contra, con tres deserciones demócratas y una abstención. Fue un debate sin brillo ante una sala vacía en la que los miembros se atuvieron al consabido guion de frases repetidas como «nadie está por encima de la ley» (60 veces), y «un día triste» y «vergüenza» (29 veces cada una). Pero el proceso pronostica más drama a la vuelta de las vacaciones de Navidad.
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