¿Qué países integran el BRICS y para qué sirve esta organización en la que Trump situó a España?

Donald Trump comenzó a tope su primer día como presidente de EE UU firmando decretos a diestro y siniestro y cumpliendo sus polémicas promesas electorales. Y también cometió, quizás fruto de la emoción del momento tras jurar su cargo, un importante error de bulto al situar a España como miembro de los BRICS, amenazando de paso con imponerle aranceles del 100% a sus productos comerciales. ¿Pero qué países forman y en qué consiste esta organización a la que el propio magnate acusó ayer de «querer aprovecharse de Estados Unidos?».

Al parecer, Trump no tuvo en cuenta que España pertenece a la Unión Europea, con la que el nuevo mandatario de EE UU tampoco está muy contento porque «no compran nuestros coches, no compran nuestra tecnología». Por tanto, no puede ser miembro de esta alianza de países que surgió como una alternativa al todopoderoso G7. Pero está claro que al magnate ese pequeño detalle le dio igual o, directamente, situó a España en otra parte del mapa en su mente.

¿Y quiénes forman este club de naciones declaradas en rebeldía contra la hegemonía occidental instaurada en el mercado global? Pues bien, BRICS, en realidad, son las siglas de los países que lo fundaron en 2006 durante una Asamblea General de las Naciones celebrada en Nueva York. Es decir, Brasil, Rusia, India y China. Sudáfrica, la 's' del nombre, se integró a ella cuatro años después. Posteriormente, se les unieron otros países con economías emergentes y en desarrollo. En este grupo se encuentran Arabia Saudí, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía, Irán e Indonesia que formalizó su unión el pasado 7 de enero.

En total, son nueve los estados miembros, aunque a esta organización hay que sumarles también varios socios a lo largo del mundo como Nigeria, Malasia, Cuba, Tailandia, Uzbekistán, Bielorrusia, Kazajistán, Uganda o Bolivia. Algunos de ellos han solicitado su adhesión como miembros de pleno derecho, como es el caso de Cuba.

Eso sí, también hay que tener en cuenta que puede haber bajas próximamente en su composición. La Argentina de Javier Milei se sitúa en las antípodas de esta organización, como lo demuestra su presencia ayer como uno de los invitados de honor en la ceremonia de investidura de Trump, y ya ha anunciado que finalmente no formará parte del BRICS pese a que su presencia ya había sido autorizada por los integrantes de este entente internacional. Arabia Saudí también ha decidido no formalizar su plena integración en ella al igual que Turquía debido a la tramitación de su ingreso en la UE.

Su presidencia es rotativa, como sucede con la Unión Europea, y en este 2025 Brasil toma las riendas del BRICS. La última cumbre se celebró en la ciudad rusa de Kazán con la intervención estelar de su presidente, Vladimir Putin, pese a su conflicto bélico con Ucrania. Los países miembros se reunen una vez al año en el país que ostenta la dirección en ese momento.

¿Y para qué sirve el BRICS? El objetivo de esta asociación internacional es fomentar la amistad, solidaridad e intereses compartidos entre los países miembros. En realidad, se trata de presentarse como alternativa política y económica a organizaciones hegemónicas como el G7 o las lideradas por los grandes bloques mundiales: EE UU, la Unión Europea o Japón.

Sus actividades incluyen acuerdos económicos con los que tratarían de zafarse, en la medida de lo posible, de la dependencia del dólar como divisa global. Para ello, apuestan por exprimir sus ricos recursos naturales, controlan la producción del 44% del petróleo mundial, además de promover el comercio internacional y entre sus estados miembros aprovechando que sólo China e India suman 2.800 millones de habitantes. En números, y tras la última ampliación de este año, el BRICS constituye el 40,4% del comercio internacional y el 51% de la población mundial, por lo muchos analistas consideran que se convertirá en la nueva organización que lidere la economía global en 2050.

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