Obama camina junto a Biden durante un acto del Partido Demócrata celebrado en noviembre de 2022. AFP

La pérdida del apoyo de Obama deja a Biden al borde de la retirada en la carrera electoral

El expresidente, hasta ahora máximo defensor de quien fue su segundo, se muestra ya convencido de que todo lo que han logrado los demócratas está en peligro

Mercedes Gallego

Enviada especial. Milwaukee

Jueves, 18 de julio 2024, 18:49

Si Biden necesitaba «señales del todopoderoso» para reconsiderar su candidatura presidencial, como dijo en una entrevista, las ha tenido. El peso más pesado del Partido Demócrata, Barack Obama, ha sido la última figura en pronunciarse privadamente sobre la necesidad de que el mandatario se retire y deje paso a otra generación, antes de que sea imposible vencer a Donald Trump en noviembre.

Publicidad

Desde la debacle del pasado 27 de junio, cuando su actuación en el debate dejó palpable el deterioro físico y cognitivo del presidente de 81 años que quiere gobernar cuatro años más, el hombre que le llevó a la Casa Blanca como su segundo en 2009 ha recibido numerosas llamadas de demócratas preocupados por la terquedad del anciano a aceptar la realidad. Es algo que no debe sorprender a nadie que tenga que lidiar con un padre octogenario, pero que en este caso tiene consecuencias mundiales al tratarse del inquilino de la Casa Blanca.

Obama ha querido respetar a su colega y amigo, e incluso defendió al principio, por experiencia propia, que todo el mundo puede tener una mala noche en un debate, pero a medida que la crisis se agudiza y el deterioro de Biden resulta cada vez más palpable, el peso moral del partido ha advertido en privado a otros barones que el futuro de todo lo que ha hecho como presidente está en peligro si los republicanos llegan a controlar la Casa Blanca y el Congreso.

Es una posibilidad cada vez más temida ante el poderío de Trump, que salió prácticamente ileso con el puño en alto de un intento de asesinato y ha unificado al partido en la convención de Milwaukee. La elección del senador de Ohio J. D. Vance como vicepresidente le ayudará a consolidar el voto de los estados clave del cinturón industrial como Michigan, Ohio y Pensilvania. El atentado del sábado le ha proporcionado también la coartada perfecta para una supuesta catarsis que le transforma en un político conciliador, la imagen que necesita para atraer el voto de moderados e independientes que le llevarían a ganar en noviembre.

El actual inquilino de la Casa Blanca ha llegado a preguntar a sus asesores las opciones de victoria que tendría Kamala Harris

Confrontados con un anciano decrépito, aquejado de covid por tercera vez, que el sábado no alcanzaba a leer las frases del teleprónter en su discurso de Las Vegas, y al que los servicios secretos tuvieron que ayudar a subir a la limosina tras bajar del avión en Delaware, donde permanece en aislamiento, la alternativa de un presidente fuerte cuyo instinto de lucha le hizo salir del atentado con el puño en alto al grito de «¡Luchad!», es imbatible.

Publicidad

Una encuesta de AP reveló este jueves que el 65% de los demócratas piensa que Biden debe retirarse de la competición. El líder del Senado, Chuck Schumer, y el de la Cámara Baja, Hakeem Jeffries, se lo comunicaron «contundentemente», el pasado fin de semana, según fuentes del 'Washington Post'. Con todo, su campaña insiste en que Biden ya ha tomado la decisión de mantenerse en la contienda. «¿Cuántas veces tenemos que responder a la pregunta de si se va a retirar?», se impacientaron sus asesores.

Suicidio electoral

Cada filtración de un peso pesado del partido es una nueva vuelta de tuerca a la presión que sufre el mandatario. El impulso en los sondeos que obtendrá el expresidente Trump al salir de la convención, aupado por su partido, es otro grado de presión que evidenciará la imposibilidad de ganar y el suicidio que supone para los demócratas mantenerle en las papeletas.

Publicidad

El consenso generalizado es que Biden no podrá resistir las crecientes críticas más allá de la próxima semana y se verá obligado a anunciar su retirada. Las preguntas que ha hecho a sus asesores sobre las posibilidades que tendría su vicepresidenta, Kamala Harris, única sucesora legítima, de ganar a Trump hacen pensar que empieza a aceptar la inevitabilidad de su renuncia. Según la Casa Blanca, «sigue experimentando síntomas leves de covid en el aparato respiratorio superior», que mejoran con el tratamiento de Paxlovid.

Es un momento de fragilidad y vulnerabilidad que celebra el movimiento MAGA de Trump, con teorías de la conspiración sobre quién está realmente gobernando el país, preguntaba el primogénito del magnate en su discurso de este jueves, pero toca sinceramente a los conservadores más tradicionales. «¿Quién no siente lástima por el presidente en esta situación?», se compadeció el congresista Lloyd Smucker. «Lo que realmente me ha sorprendido, a mí y a otros muchos que le hemos tratado durante estos años, es la reacción del país al debate. Creíamos que todo el mundo lo sabía. Para nosotros el declive era evidente».

Publicidad

El emperador iba desnudo y nadie se atrevía a decirlo en voz alta, pero ya no hay vuelta atrás. Biden tiene los días contados y la única pregunta es cuándo lo anunciará. De eso dependerán las posibilidades de quién le suceda, en clara desventaja frente a la icónica imagen de un Trump ensangrentado con el puño en alto.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas

Publicidad