La investigación del asalto al Capitolio estrecha el cerco a Trump

Tres meses después de las primeras citaciones de testigos, el comité ha reunido más de 30.000 archivos y se prepara para interrogar a más de 300 testigos que ayudarían a identificar a los principales actores de la trama. Anunció esta semana que los miles de documentos personales entregados por el ex jefe de gabinete de Trump Mark Meadows revelan una participación de la Casa Blanca mucho más directa de lo que se conocía anteriormente para revocar las elecciones de 2020.

Con la resolución de desacato del martes, el exrepresentante de Carolina del Norte se convierte en el primer antiguo congresista en ser condenado por sus excolegas desde que Sam Houston sufriera la misma suerte en 1832. Según las razones ofrecidas por su abogado, Meadows puso fin abruptamente a su acuerdo de cooperación al conocer que el comité había comenzado a requisar los registros telefónicos de aquellos días para obtener los detalles de sus llamadas. Con ellos se han conocido docenas de frenéticos mensajes de texto enviados al exjefe de gabinete por republicanos del Congreso en los días previos al ataque al Capitolio y el mismo 6 de enero. Entre ellos destacaban los del hijo mayor de Trump, Donald Jr., y los principales presentadores de Fox News exhortándole a forzar al presidente para que detuviera a la turba violenta.

En los últimos meses el comité ha expedido órdenes para pedir los registros de las llamadas de varios cientos de números de teléfonos que revelan el contenido, fecha, hora, duración y números de destino. Con ello se traza un patrón más claro de los movimientos y comunicaciones entre los principales actores de la conspiración.

De cualquier forma, a pesar de las graves revelaciones del paquete de más de 6.000 documentos y comunicaciones entregados por Meadows, aún no hay evidencias que permitan incriminar a Trump. Podrían obtenerse de las declaraciones de otros importantes asesores de su círculo, entre ellos Jeffrey Clark, un funcionario del departamento de Justicia que en los días anteriores al ataque cooperó voluntariamente para cambiar el resultado de las elecciones. Clark aduló los oídos de Trump con un burdo plan para declarar nulos los resultados del estado de Georgia.

Trump había cesado al entonces secretario de Justicia Bill Barr, que se negaba a cooperar, y presionaba al interino Jeffrey Rosen a instrumentalizar el departamento para iniciar una causa legal que invalidara los comicios bajo la excusa de supuestas irregularidades en los estados que perdió.

Tras la resistencia de Rosen a cruzar la línea constitucional, Trump sugirió nombrar secretario de Justicia a Clark, lo que llevó a Rosen y a los principales directivos del departamento a una 'revuelta' con la amenaza de una renuncia masiva, amago que finalmente detuvo al presidente. Aunque Clark ha señalado que podría invocar la Quinta Enmienda, que protege contra la autoinculpación, el comité tiene esperanzas de obtener información relevante de su testimonio.

Adicionalmente los investigadores creen que pronto accederán a los cientos de documentos de la Casa Blanca de Trump que actualmente residen en los Archivos Nacionales, clasificados bajo privilegio ejecutivo. Un fallo del tribunal federal de apelaciones de Washington lo hizo posible la semana pasada, asestando un duro golpe al equipo legal del expresidente.

De cualquier manera, los republicanos confían en que legislativas de 2022 pondrán poner fin a la frágil mayoría demócrata de la Casa de Representantes y así anular la investigación.