caroline conejero
Corresponsal. Nueva York
Viernes, 4 de noviembre 2022, 19:38
Cargadas de urgencia y emocionalidad, en estas cruciales elecciones estadounidenses del 8 de noviembre en las que todo está en juego varios grupos del electorado emergen con especial intensidad ante la épica tarea de enderezar el Estado democrático. Enrocados en sus posiciones los candidatos demócratas ... se enfrentan a extremistas republicanos en Estados bisagra clave donde mujeres, jóvenes, latinos e indecisos serán decisivos tanto para romper el empate como para consolidar victorias.
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Se ha debatido mucho si éste será el año electoral en el que el voto de las mujeres tenga un impacto histórico. Tras la anulación del derecho al aborto por la Corte Suprema en junio, este colectivo se han movilizado para hacer oír su voz con rotundidad en las urnas, una motivación por la que muchos analistas han llegado a llamar a este 2022 «el año de la furia de las mujeres».
Casi cuatro décadas atrás, el testimonio de Anita Hill sobre el acoso sexual del juez Clarence Thomas durante las sesiones de confirmación del magistrado generó tal récord histórico de mujeres candidatas en las siguientes elecciones para cargos públicos que 1992 fue calificado como «el año de la mujer». La avalancha de candidatas incluye ahora a 21 mujeres para el Senado, 263 para la Cámara de Representantes, y 69 para la gubernatura estatal. Las estadounidenses han liderado también el registro de electores que han votado por anticipado, proporciones que ya este verano superaban al de hombres en al menos 10 puntos porcentuales en nueve Estados.
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Mientras las predicciones no pueden determinar si habrá oleada azul demócrata o roja republicana, lo que sí parece estar claro es que habrá una gran movilización de generación Z. Una reciente encuesta de opinión del Instituto de Política de Harvard revela que el 40% de los jóvenes de 18 a 29 años votará «definitivamente» en las elecciones, y el 16% cree que irá a las urnas, aunque no lo asegura. Un considerable bloque de votantes que, según el director de la encuesta, John Della Volpe, «exige ser escuchado» y cuyo porcentaje aumenta en los Estados con elecciones competitivas. Más de la mitad (57%) apoya a los demócratas con especial énfasis entre el grupo de mujeres en los 30, que revela el impacto entre los jóvenes de la decisión del Supremo de cancelar el aborto. En territorios clave como Pensilvania, Carolina del Norte y Georgia, la combinación de milennials y 'gen-Z' muestra una tendencia demócrata en una proporción de 2 a 3.
El voto de la Generación Z en 2018 fue suficiente para convertir diez escaños de la Cámara del Congreso de republicanos a demócratas en los anteriores comicios. Y una buena parte del voto joven llevó a Biden a la presidencia en 2020.
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Según las encuestas, el 11% del electorado nacional no sabe aún a que partido apoyará para el Congreso. Los datos no favorecen a los demócratas: los indecisos creen abrumadoramente (83%) que el país está en el camino equivocado y desaprueba el trabajo de Joe Biden como presidente (62%). El 25% de este colectivo declara «no tener entusiasmo en absoluto» y es probable que muchos se queden en casa sin votar. Los indecisos abundan en algunos grupos demográficos clave: casi una cuarta parte de los jóvenes nacidos en 1997 o más tarde ni siquiera han decidido si acudirán a las urnas. Y los votantes hispanos (22%) y negros (15%) tienen más probabilidades de ser indecisos que los votantes blancos (10%).
La batalla por el control del Senado y la Cámara de Representantes es especialmente crítica para los demócratas, de cuyas famélicas mayorías depende la viabilidad legislativa de la agenda del presidente Biden. Los demócratas controlan el Senado al cincuenta por cien, con la vicepresidenta Kamala Harris como voto de desempate. Para obtener la mayoría, los republicanos solo necesitan un escaño.
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En Arizona, un Estado que solía ser un bastión republicano, la elección para gobernador enfrenta a la demócrata Katie Hobbs, la actual secretaria de Estado, y a la extremista negacionista Kari Lake, expresentadora de noticias de la cadena Fox y aliada de Trump. Lake, que durante su campaña ha aparecido junto a siniestras figuras vinculadas a QAnon, ya ha declarado su intención de no reconocer los resultados electorales si pierde, tampoco ha clarificado sus posiciones sobre el aborto y ahora mismo lidera las encuestas por cinco puntos.
Otro Estado determinante donde el voto femenino será muy importante es Pensilvania. La elección para gobernador enfrenta a un extremista republicano, Doug Mastriano, y al demócrata Josh Shapiro, fiscal general del Estado desde 2017, que lidera las encuestas por más de 10 puntos. Mastriano, coronel retirado del Ejército y senador de extrema derecha, estuvo en la manifestación previa al asalto al Capitolio y recientemente ha pedido la pena de muerte para las mujeres que aborten.
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En Georgia la elección para gobernador será una segunda edición del enfrentamiento de 2018 entre la exlíder de la minoría Stacey Abrams (demócrata), y el actual gobernador, Brian Kemp (republicano). Abrams aspira a convertirse en la primera gobernadora negra en la historia de EE UU, aunque no ha logrado acortar la distancia que le separa de su oponente.
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