Lo ocurrido este sábado en Pensilvania, donde un joven de 20 años disparó a Donald Trump, dará para horas de conversación alrededor del mundo. Los hechos, sin embargo, transcurrieron a toda velocidad. En apenas siete minutos el público pasó de recibir enardecido al expresidente, que subía al escenario para ofrecer su último mitin antes de la convención republicana, a escuchar el primer tiro. Unos segundos después el magnate ya había salido de escena escoltado y con la cara y una oreja ensangrentadas. Pero cada instante del suceso está cargado de historia. Así fue el atentado -como lo ha calificado el FBI- minuto a minuto.
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No cabe un alfiler en el Butler Farm Show. Allí, en el recinto ferial de una pequeña localidad de granjeros ubicada en el Estado de Pensilvania, está previsto que a las 17.00 (hora local, 23.00 en España) arranque el último mitin de Donald Trump antes de la convención republicana que lo encumbrará como líder del partido y candidato a la Casa Blanca. Pero el magnate no da señales, parece que se retrasa. Hace ya cuatro horas que se han abierto las puertas del complejo, donde miles de personas aguardan bajo el sol. El termómetro ronda los 32 grados.
Trump entra en escena. Llega con algo más de una hora de retraso, pero a la multitud congregada en el recinto ferial del condado de Butler no parece importarle. Aplauden, gritan... mientras suena 'God bless the USA' interpretada por el cantautor de country Lee Greenwood. Todo un himno para los republicanos. El expresidente dedica un par de minutos a saludar y jalear a sus simpatizantes, muchos vestidos de rojo y blanco, los colores de su campaña. En esta ocasión, el magnate ha decidido enfundarse en un traje azul marino -sin corbata- y colocarse su gorra con el lema 'MAGA' (Make America Great Again).
En un ambiente de euforia, conscientes de que el mal momento que atraviesa Joe Biden beneficia a la campaña de su rival, el candidato republicano comienza su discurso: Se muestra encantado con la cantidad de personas reunidas en Butler. «Me gustaría que las noticias falsas lo mostraran», comenta. El magnate inicia un monólogo sobre el «infierno» al que se dirige Estados Unidos y no tarda -ni cinco minutos- en sacar uno de sus temas favoritos: la inmigración. Mira a la derecha y empieza a describir un gráfico con cifras sobre la población extranjera.
Pum. Se escucha el primer disparo. El expresidente se encuentra agarrado al atril en pleno discurso, que interrumpe de manera brusca y se toca la oreja derecha. Pum. Otro tiro. Pum. El tercero. Trump trata de esconderse detrás del atril mientras los miembros del Servicio Secreto se ponen en alerta: «¡Al suelo! ¡Al suelo! ¡Al suelo! ¡Al suelo!».
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Los disparos suenan en ráfaga. Los asistentes al mitin gritan, se agachan, nadie entiende qué sucede aunque la mayoría se hace una idea. Tres agentes se lanzan sobre el magnate para protegerle y lo sacan escoltado. Él se despide con el puño en alto y la cara ensangrentada.
El Servicio Secreto de EE UU emite un primer comunicado, muy escueto, aunque confirma que hubo «un incidente» en el acto electoral y también que el expresidente se encuentra ya «a salvo». El equipo de campaña de Trump se pronuncia casi al mismo tiempo para informar de que el magnate «está bien y está siendo examinado en un centro médico local».
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El fiscal de distrito del condado de Butler ofrece el balance del tiroteo, con el recinto ferial ya vacío y EE UU pendiente del que probablemente será el suceso del año. El tirador, al que más tarde se pondría nombre, Thomas Matthew Crooks, de 20 años, ha sido abatido en el lugar de los hechos y un asistente al mitin también ha perdido la vida.
El presidente Joe Biden, en la picota desde hace semanas por el aparente deterioro de sus capacidades cognitivas, se pronuncia sobre el atentado contra su rival en su camino hacia la Casa Blanca. Lo hace desde Rehoboth Beach, en Delaware, donde pasa el fin de semana. «Miren, no hay lugar en Estados Unidos para este tipo de violencia. Es enfermizo. Es enfermizo», condena en su mensaje. El candidato demócrata explica que ha intentado sin éxito hablar por teléfono con Trump y que espera conseguirlo en las siguientes horas.
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Trump habla por primera vez tras el tiroteo que le causó heridas leves. Aprovecha su propia red, Truth Social, para dar las gracias a la Policía y mostrar sus condolencias a la familia del simpatizante que perdió la vida en el suceso. «Es increíble que un acto así pueda ocurrir en nuestro país. No se sabe nada en este momento sobre el tirador, que ahora esta muerto», escribe. «Me dispararon con una bala que me atravesó la parte superior de la oreja derecha. Supe de inmediato que algo andaba mal porque escuché un silbido, disparos y sentí inmediatamente que la bala me atravesaba la piel. Hubo mucho sangrado, así que me di cuenta de lo que estaba sucediendo», cuenta a modo de parte médico. Y termina el mensaje con un «¡Dios bendiga a Estados Unidos!».
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