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colpisa / Afp
Montreal
Lunes, 1 de octubre 2018, 09:40
La incertidumbre llegó a su fin en la noche de este domingo a pocas horas de que se cumpliera el plazo límite. Los negociadores canadienses y estadounidenses finalmente han alcanzado un acuerdo sobre la reforma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) ... .
Aunque el nuevo texto pasará a llamarse Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá (AEUMC), según una declaración conjunta en el que destacaron el «crecimiento económico sólido» de las tres naciones norteamericanas implicadas.
Para cerrar el acuerdo, Canadá cedió en el sistema de cuotas para la leche, que abrirá el mercado a los productores estadounidenses, explicó este domingo un funcionario canadiense. Ottawa, en cambio, consiguió preservar el sistema del TLCAN de solución de conflictos entre los socios que Estados Unidos quería modificar.
Además el nuevo pacto incluirá un capítulo ambiental y como parte del acuerdo, Canadá podrá conservar la protección del sector cultural. «El AEUMC proporcionará a nuestros trabajadores, agricultores, ganaderos y empresas un acuerdo comercial de alta calidad que dará como resultado mercados más libres, comercio más justo», explican desde Ottawa y Washington en su comunicado conjunto, emitido 90 minutos antes del vencimiento de la fecha límite fijada por Estados Unidos.
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, salió raudo de la reunión con sus ministros y sin responder a las preguntas de la prensa se limitó a decir que «es un buen día para Canadá». El representante del presidente electo mexicano, Jesús Seade, celebró por su parte la noticia. «Celebramos el acuerdo trilateral. Se cierra la puerta a la fragmentación comercial de la región. TLCAN 2 dará certidumbre y estabilidad al comercio de México con sus socios en Norteamérica», escribió en Twitter. Seade había sido el encargado de representar a López Obrador durante las negociaciones.
Esta nueva versión del TLCAN, un tratado vigente desde 1994 entre Estados Unidos, Canadá y México, es reenegociado desde 2017 a exigencia del presidente estadounidense, Donald Trump, que lo tachó de «desastre» para su país. Para Canadá la presión era grande, ya que Estados Unidos ya había cerrado un acuerdo con México.
Las negociaciones se desarrollaron de forma remota, a diferencia de otros ciclos de diálogos en los que la ministra de Relaciones Exteriores de Canadá, Chrystia Freeland, se había desplazado a Washington.
La expectación creció cuando Trudeau, convocó el domingo a las 22:00 hora local (3:00 horas en España) una reunión de emergencia de su gabinete, dos horas antes del plazo establecido por Washington para cerrar la renegociación.
El anuncio se produjo después de un fin de semana entero de trabajo por videoconferencia de los negociadores para alcanzar un acuerdo de última hora para modernizar el tratado comercial. La tensión y los augurios a cuenta gotas acabaron marcando la jornada.
Más temprano, crecieron las esperanzas de que un acuerdo iba a materializarse cuando Peter Navarro, asesor de Comercio del presidente de Estados Unidos, dijo que ambas partes estaban negociando «de buena fe» y que el resultado de las conversaciones se conocería a más tardar el lunes por la mañana. «Puedo decirles esto: tendrán noticias mañana, de una forma u otra, que serán importantes y tal vez puedan remover a los mercados», adelantó el domingo en la cadena televisiva Fox News.
A Canadá también le interesaba tener la seguridad de que, si firmaba el acuerdo, se levantaría la amenaza de aranceles a su industria automotriz, a menudo blandida por el presidente Trump en el marco de su guerra comercial con el exterior.
El calendario electoral complicaba las cosas para los negociadores canadienses. Las concesiones en el sector lácteo pueden ser muy mal recibidas en Quebec, que está llamada el lunes a las urnas para designar al próximo gobierno de esta importante provincia francófona.
Los principales partidos de Quebec y las organizaciones de agricultores defienden firmemente el sistema de «administración de la oferta», que controlaba la producción y el precio de la leche y las aves de corral y además garantizaba ingresos estables para los agricultores canadienses.
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