Joe Biden predice que Rusia invadirá Ucrania y que «pagará un serio precio por ello»

Pero más que una amenaza, las palabras de Biden sonaron en el Este de Europa como una luz verde. Rusia ha movilizado 100.000 tropas en la frontera con Ucrania. «Mi idea es que entrará», dijo tranquilamente. Eso tendría «consecuencias económicas» para Rusia pero según contó, los aliados de la OTAN no se ponen de acuerdo en cuáles. «Una cosa es una incursión menor por la que acabamos peleándonos sobre qué hacer o no, y otra una invasión a gran escala», explicó.

En este último caso, «sería un desastre para Rusia», advirtió, «porque nuestros aliados y socios están listos para imponer un coste severo que haga un daño significativo a Rusia y a la economía rusa». Nada de eso sonaba en Kiev lo suficientemente contundente como para disuadir a Putin de terminar de anexionarse el resto de Ucrania, como hiciera con la península de Crimea en 2014.

Biden ha hablado con Putin dos veces durante el último mes, pero seguramente no le ha revelado tanto como hizo durante esta conferencia de prensa en la que subrayó la importancia de que haya consenso entre los aliados de la OTAN. «Por eso estoy pasando tanto tiempo hablando con ellos -señaló-, hay diferencias sobre lo que los países están dispuestos hacer, dependiendo de lo que ocurra».

La portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, Emily Home, confirmó que se refería a las diferentes actuaciones que pueda tomar Rusia en «la vía militar, no militar, paramilitar o cibernética». Incluso si Moscú opta por la vía militar, Biden anticipa que le costará «muchas vidas» pero que podrá prevalecer. Para el mandatario norteamericano, Putin tiene que decidir entre desescalar la situación mediante la vía diplomática o enfrentar las consecuencias de una confrontación. «Militarmente son abrumadoramente superiores», le reconoció.

Con ello descartaba la posibilidad de que la invasión rusa de Ucrania desate una guerra internacional, lo que hubiera supuesto el primer enfrentamiento entre los dos potencias nucleares desde la Segunda Guerra Mundial. «¿Creo que pondrá a prueba a Occidente? ¿Qué pondrá a prueba a Estados Unidos y a la OTAN, tan significativamente como pueda? Sí, lo creo. Pero pienso que pagará un serio precio por ello».