Kamala Harris conversa con Joe Biden en la Casa Blanca. REUTERS

Biden pone a Kamala Harris a cargo de la frontera

El presidente intenta paliar la crisis desde la raíz a golpe de chequera

mercedes gallego

Corresponsal. Nueva York

Miércoles, 24 de marzo 2021, 22:20

Hace ocho años Barack Obama encargó a su vicepresidente Joe Biden la difícil labor de enfrentar la crisis de menores en la frontera. Este miércoles Biden hizo lo mismo con Kamala Harris, porque así «cuando hable la gente no tendrá que preguntarse si eso es ... lo que piensa el presidente», explicó Biden. «Cuando ella hable, hablará por mí».

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Harris aceptó la responsabilidad sin alharacas, «sobra decir que no será fácil», admitió la vicepresidenta, «pero es importante». No es ningún honor, sino una patata caliente. Algunos incluso creen que es una de las trampas explosivas que el gobierno de Trump dejó instaladas para garantizar el fracaso de su sucesor. Desde diciembre los expertos anticipaban un incremento de menores sin acompañar en la frontera alrededor de las fechas en las que Trump le transferiría el poder, de acuerdo con las estadísticas anuales que cada año registran un aumento de entre el 25% y 30% en los meses de febrero y marzo. Este año, además, el gobierno mexicano de Andrés Manuel López Obrador informó por esas fechas que había llegado al máximo de sus capacidad para acoger a los menores que esperaban de su lado de la frontera a que EE UU procesase sus solicitudes de asilo político.

México sabe que cada crisis en la frontera huele a dólares frescos. Trump invirtió en su Plan Marshall para Centroamérica 5.800 millones de dólares, aunque según The New York Times buena parte del dinero anunciado ya estaba comprometido antes del anuncio. Solo en 2017 el sistema judicial de El Salvador recibió 140 millones de dólares de EE UU, con la esperanza de que sirva para poner freno a la delincuencia y corrupción rampante que empuja a los salvadores fuera de su país.

La estrategia de Biden parece ser la misma. Todo el mundo sabe que es necesario tratar el problema desde la raíz, pero nadie sabe con certeza cómo hacerlo. Bajo el mandato de Obama Biden buscó la estabilidad del triángulo centroamericano a golpe de chequera, como piensa volver hacer al prometer cuatro mil millones de dólares a lo largo de los próximos cuatro años. Algo que los expertos consideran claramente insuficiente, aunque sin duda traerá algunas mejoras. El tráfico de drogas y las violencia de las bandas empujará las costuras y del triángulo centroaméricano y pondrá a prueba la buena voluntad del gobierno de Biden, que este miércoles envió a una delegación de alto nivel a visitar las instalaciones de Carrizo Springs (Texas).

Las nuevas instalaciones para albergar a 500 menores apenas ayudan a paliar el problema de 4.000 o 5.000 menores en manos de las patrullas fronterizas, que según la legislación tienen que transferirlos a albergues como este en no más de 72 horas, pero los tienen hasta diez días. En honor a la promesa de transparencia que ha hecho su gobierno, el departamento de Seguridad Doméstica permitió por primera vez que un equipo de televisión acompañase a la delegación de alto nivel.

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