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Johana Gil
Miércoles, 15 de marzo 2023, 15:21
En lo que va del año se han producido más de un centenar de tiroteos en Estados Unidos, la mayor cifra de la última década. Las frecuentes masacres que sacuden al país han motivado al presidente Joe Biden a endurecer las medidas de acceso a ... las armas de fuego, entre las que figuran la nueva aplicación de límites a la venta de arsenales que obligará a partir de ahora a verificar los antecedentes penales de los potenciales compradores y someter a un seguimiento estricto a los comercializadores.
«Es solo sentido común: verificar si alguien es un delincuente o un maltratador doméstico antes de comprar un arma», ha dicho el presidente al anunciar la nueva batería de medidas. Biden ha ordenado también al fiscal general, Merrick Garland, que ajuste la definición legal de los vendedores para implementar sanciones en caso de que incumpla la orden de revisar el historial delictivo de un cliente antes de efectuar una venta.
La Casa Blanca pedirá a la Comisión Federal de Comercio que analice cómo las empresas comercializan y, además, promueven el uso de armas de fuego entre los menores de edad. Y propone más y mejores condiciones para el almacenamiento seguro de municiones, ya que se ha confirmado que la inexistencia de armeros o la práctica habitual de dejar un arma cargada en casa está detrás de la mayoría de muertes por bala ocurridas en el ámbito doméstico. El episodio más reciente ocurrió esta misma semana cuando una niña de 3 años mató accidentalmente a su hermana, solo un año mayor que ella, cuando jugaban en su casa en Texas. Al parecer, la pequeña encontró la pistola cargada y sin el seguro puesto de un familiar y apretó el gatillo durante uno de los juegos.
Otro efecto de la normativa persigue aplacar el escándalo causado por una de las compañías que fabrican el rifle de asalto AR-15, que ha puesto en el mercado una versión más pequeña y ligera destinada a los menores que quieren introducirse en el «mundo de la caza y el tiro deportivo», según la propaganda de la propia casa. Este arma es la más usada entre los asesinos múltiples y ha provocado una oleada de campañas de protesta entre legisladores demócratas, ONGs que piden el fin de la libre venta de armas y organizaciones de familiares de víctimas, que consideran «aberrante» abrir un mercado «tan peligroso» a niños y adolescentes.
El Gobierno también ha reforzado la medida denominada «banderas rojas» o «alertas de peligro«, aprobadas el anterior año. Permite retirar el arma de quienes sean considerados un peligro para sí mismos o para terceros. La norma ya se aplica en diecinueve Estados y el Distrito de Columbia, pero existe mucha desinformación sobre cómo o cuándo puede utilizarse, lo que provoca una respuesta desigual de los gobernadores.
El paquete de restricciones se ha hecho público frente a los habitantes de Monterey Park, en California, donde aún lamentan la muerte de once personas por un tiroteo registrado a principios de año. El presidente Biden visitó a la comunidad, la mayoría de origen asiático, que vivió la tragedia cuando celebraban el Año Nuevo Lunar, y un hombre irrumpió en un salón de baile y disparó indiscriminadamente. En medio del discurso contra la venta libre de armas, Biden cedió la palabra a Brandon Tsay, el joven de 26 años que logró desarmar al pistolero de Monterey Park, evitando otra masacre en una segunda discoteca.
De cara a las elecciones presidenciales de 2024, el inquilino de la Casa Blanca se ha abanderado como uno de los impulsores de poner límites en el acceso a rifles semiautomáticos de estilo militar porque son los más utilizados en tiroteos masivos. «Prohíban las armas de asalto. Háganlo ahora», ha subrayado Biden.
Sin embargo, el camino para lograr su objetivo no es fácil. El Congreso está dividido. El Senado, con una mayoría demócrata, apoya las restricciones en la venta de arsenales, pero la Cámara de Representantes, en manos de los republicanos, ya ha advertido que no permitirá leyes estrictas. De hecho, ya en junio del pasado año se evidenció la disputa cuando el poder legislativo aprobó una histórica medida de control de armas, la primera en treinta años, para mejorar la seguridad escolar, los programas de salud mental y la prevención de la violencia.
Estados Unidos ya acumula 110 tiroteos en lo que va del año y 8.415 personas han perdido la vida por arma de fuego en sólo tres meses, más de la mitad de ellas por suicidio, según Gun Violence Archive. Las masacres se han incrementado en los últimos años y han reavivado los debates sobre el control de armas de fuego, ya que se estima que cada año hay 40.000 muertos por su culpa.
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