Protesta de mujeres afganas en Kabul para exigir la apertura de los colegios para niñas. EFE

Diez países reclaman a la ONU una cumbre sobre Afganistán

Los firmantes, que apoyan a los talibanes, estiman que Estados Unidos y sus aliados deben pagar a través de una conferencia de donantes la reconstrucción del país

rafael M. Mañueco

Corresponsal en Moscú

Jueves, 21 de octubre 2021, 21:44

El principal resultado de la cumbre celebrada en Moscú con representantes talibanes ha sido el compromiso de diez países para impulsar una conferencia de donantes en el seno de la Naciones Unidas que ayude a Afganistán a superar el actual colapso económico y pueda acometer ... su reconstrucción. La idea es que los fondos necesarios para abordar tal tarea los aporten Estados Unidos y sus aliados de la OTAN, a quienes se les considera los «responsables» de la actual situación en el país centroasiático por haberlo ocupado militarmente durante dos décadas y abandonado después a su suerte.

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Los diez países que han prometido a las nuevas autoridades de Kabul colaborar con el objetivo de movilizar recursos son Rusia, el país anfitrión de la cumbre, China, Pakistán, Irán, India y las cinco exrepúblicas soviéticas de Kazajstán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán. Casi todos comparten frontera con Afganistán o, como en el caso de Rusia y Kazajstán, se encuentran muy cerca. Trataran de que se convoque lo antes posible una conferencia de donantes que evite una catástrofe económica y humanitaria.

Citados por distintos medios de comunicación rusos, los representantes de estos diez estados subrayaron que la carga principal de las ayudas deberá recaer sobre los países cuyas tropas estuvieron presentes en Afganistán en los últimos veinte años, en evidente alusión a EE UU y a su aliados de la OTAN. La retirada de estas fuerzas en agosto posibilitó la llegada al poder por la fuerza de los talibanes.

Ausencia norteamericana

Se da la circunstancia de que los norteamericanos no estuvieron presentes en la reunión de Moscú pese a que fueron convocados. El lunes, el portavoz del Departamento de Estado de EE UU, Ned Price, anunció que no acudirían al encuentro. «Esperamos participar en ese foro en el futuro, pero no estamos en condiciones de participar esta semana», puntualizó.

A Rusia le preocupa mucho que Afganistán sufra una situación de aislamiento internacional que conduzca a su quiebra total. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, aseguró esta semana que «nadie está interesado en la parálisis de un Estado vecino», cuya desestabilización pueda terminar afectando a toda la zona. El Kemlin, según la portavoz de Exteriores, María Zajárova, cree que algo así pueda dar alas a grupos terroristas como el Daesh.

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Los talibanes derrocaron al Gobierno afgano, que contaba con el apoyo de Occidente, e instauraron un emirato islámico. Desde entonces, el país afronta escasez aguda de capitales.

El 97% de los hogares, por debajo del umbral de la pobreza

Tres meses después de que los talibanes llegasen al poder, la oscuridad en la que han quedado las mujeres del país dará pie al invierno más frío de la historia. La ONU lanzó este viernes un llamamiento a la comunidad internacional para evitar que el país caiga a la altura de Yemen y advirtió que si el mundo no contribuye al fondo que ha creado, a principios o mediados de año que viene el 97% de los hogares afganos estarán por debajo de la pobreza, informa Mercedes Gallego, corresponsal en Nueva York.

El «drástico deterioro» de las condiciones de vida en el país se puede medir «por todos los indicadores económicos», Achim Steiner, administrador del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), pero quizás el menos visibles es el de las mujeres. Y no porque la economía no recogiese sus contribuciones, sino porque se han escondido en sus casas, temerosas de vecinos y familiares. El 80% de las microempresas que sostenían la economía estaban lideradas por ellas, dijo Steiner, por lo que su ausencia ha privado de una savia vital para la economía local. La fundamental la proporcionaban las organizaciones internacionales, que se retiraron del país de la noche a la mañana. Buena parte de la población que trabajaba para ellas lleva cuatro o cinco meses sin cobrar ningún salario.

El programa de la ONU, que parte de la modesta cantidad de mil millones de dólares, en comparación a lo que invertía la comunidad internacional hasta agosto pasado, pretende contratar en igualdad de condiciones a mujeres y hombres para que realicen obras públicas, fundar microempresas y dotar de ayudas a la población más vulnerable -ancianos y minusválidos- que no pueda salir de casa.

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