Rafael M. Mañueco
Moscú
Miércoles, 1 de mayo 2019, 17:14
La jornada festiva del Día del Trabajo en Rusia ha transcurrido de forma muy distinta según los lugares. En Moscú ha habido dos manifestaciones, la oficial en la Plaza Roja convocada por los sindicatos y otra organizada por el Partido Comunista y el Frente de ... Izquierdas. Comenzó en la Plaza de Octubre y finalizó con un mitin plagado de banderas rojas, retratos de Lenin y de Stalin frente al teatro Bolshói. El tiempo acompañó con sol y buena temperatura.
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En San Petersburgo, sin embargo y pese a estar autorizado, el acto fue reprimido por la Policía, que practicó 60 detenciones, incluido el diputado de la Asamblea local, Maxim Reznik. En toda Rusia, según la emisora Eco de Moscú, fueron arrestadas cerca de un centenar de manifestantes en distintas concentraciones y acciones de protesta.
Varios miles de personas convocados por varias organizaciones opositoras, entre ellas Alexéi Navalni, han salido este miércoles a la calle en la antigua capital imperial rusa. Muchos de ellos respondían a la llamada del partido del Kremlin, «Rusia Unida». Pero un grupo de manifestantes empezaron a gritar consignas contra el presidente Vladímir Putin, al que llamaron «ladrón».
Fue entonces cuando intervinieron los agentes antidisturbios. Navalni deploró a través de Twitter la actuación policial tratándose de una manifestación autorizada. La elevación de la edad de jubilación, la subida de impuestos y el deterioro general del nivel de vida, motivado en parte a causa de las sanciones internacionales por la anexión de Crimea, han provocado en Rusia un aumento del descontento social.
En Moscú, quienes más protestaron fueron los comunistas demandando pensiones dignas y denunciando la corrupción. Reunieron a 3.500 personas y exigieron también la dimisión del Gobierno encabezado por Dmitri Medvédev. La Policía, sin embargo, no intervino.
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En la Plaza Roja, la marcha fue muchos más festiva con globos multicolores, bandas de música, gente ataviada con el traje típico ruso, cosacos y pancartas en las que se podía leer el viejo lema soviético del Día del Trabajo «Paz, trabajo, mayo». Asistió el alcalde capitalino, Serguéi Sobianin, y, según el Ministerio del Interior, participaron unas 100.000 personas. El dispositivo de orden público fue mastodóntico.
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