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Iñigo GUrruchaga
Corresponsal en Londres
Jueves, 23 de junio 2022, 19:19
El secretario de Estado para las Oportunidades del Brexit, Jacob Rees Mogg, ha presentado un cuadro de regulaciones comunitarias aún insertadas en la legislación británica, coincidiendo con el sexo aniversario del voto de una mayoría de británicos por marcharse de la Unión Europea. Son «más ... de 2.400» normas. El cuadro se renovará trimestralmente para que pueda comprobarse su paulatina reducción.
Son regulaciones sobre la seguridad de generadores aerosoles o los derechos de personas con discapacidades cuando emprenden un viaje en avión. El mayor número, 570, afecta al Ministerio de Medio Ambiente, Alimentación y Vida Rural, especialmente por la política pesquera. Rees-Mogg ha agradecido a los lectores de 'The Sun' y del 'Sunday Express' sus muchas cartas señalando normas molestas. «Espero que el cuadro nos dé oportunidad de encarar cientos de asuntos. Pueden parecer marginales», explicó el ministro al Parlamento, «pero combinados son el comienzo de una revolución. No en el estilo francés de revoluciones, con la sangre corriendo por las calles y el terror de la guillotina, sino en el estilo británico, con mejoras marginales, pulgada a pulgada,… hasta completar el viaje».
David Frost, principal negociador del 'brexit', ha celebrado la iniciativa de Rees-Mogg en el curso de un seminario sobre la marcha de la UE, organizado por la red de académicos 'Reino Unido en una Europa Cambiante'. La sustitución de reglas europeas por otras más ajustadas a las necesidades de la economía y la sociedad británica está tardando mucho, según él.
Frost cree que la decisión de hace seis años se fundamentó en el deseo de recuperar la «democracia nacional». «Es el inicio de un proceso de renovación nacional», según el exministro. Pero, tras años de pertenencia a la UE, el potencial de un 'brexit' aún incompleto se retrasa porque, según Frost, «nuestra élite ha perdido la capacidad de fijar objetivos propios». «Parece que hubiésemos olvidado la manera de gobernar», afirma.
Simon McDonald, que fue el más alto funcionario de la diplomacia británica antes de su jubilación por iniciativa de Boris Johnson, señaló en el debate sobre el rol del Reino Unido en la política internacional que el Gobierno de Londres ha tenido una política dinámica y con buen sentido sobre Ucrania, suministrando armas y adiestramiento de soldados desde antes de la invasión.
Pero, en su juicio, la UE ha buscado un papel de liderazgo en el continente y el Ejecutivo británico adolece de insuficiente «conectividad» con la élite comunitaria para potenciar su papel. ¿Cuál sería? Para la historiadora canadiense Margaret MacMillan, la ambición es emular la diplomacia de equilibrio de poderes perseguida por el ministro Castlereagh en el inicio del siglo XIX.
«La ilusión persiste», dijo MacMillan, «pero no creo que se pueda animar la unidad mientras se pleitea». El consenso de los ponentes sobre la geopolítica tras el 'brexit' es que los problemas del Protocolo irlandés se pueden resolver, «pero las dos partes creen que el otro tiene que ceder», según McDonald... Fabien Zuleeg, director del Centro de Política Europea, en Bruselas, advirtió que, en la nueva coyuntura internacional, «el 'brexit' es un problema menor para la UE».
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