Ciudadanos afganos que quieren salir del país por la frontera de Pakistán. AFP

La crisis afgana provoca que vuelvan a vérse las costuras de la UE

Grecia no quiere repetir los «errores» de la crisis de 2015, mientras el presidente del Europarlamento dice estar «decepcionado» ante la negativa a acoger a los refugiados

Dario Menor

Roma

Miércoles, 1 de septiembre 2021, 21:28

La posibilidad de que la crisis afgana provoque una nueva oleada de refugiados hacia el Viejo Continente ha hecho que vuelvan a vérsele las costuras a la Unión Europea. Después de que los ministros de Interior de los Veintisiete no se comprometieran este martes a ... acoger a los desplazados que puedan llegar de la nación centroasiática, el presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli, confesó sentirse «muy decepcionado» por esta posición.

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«Hay países de fuera de la UE que se han ofrecido para acoger a los solicitantes de asilo afganos, pero no hemos visto a ni un solo miembro que haya hecho lo mismo», comentó Sassoli en un discurso que ofreció este miércoles en Eslovenia. «No podemos hacer como si la cuestión afgana no nos implicara, porque hemos participado en ella compartiendo los objetivos», añadió, invitando a los Veintisiete a dotarse de una «política común» en materia de inmigración y acogida a los refugiados para evitar que cada país mire solo por sus intereses nacionales.

No tardó en responder a Sassoli el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, probablemente el líder europeo más preocupado por la eventual llegada masiva de refugiados afganos. No en vano, Atenas ha reforzado los controles en la frontera terrestre con Turquía. «No queremos que se repitan los flujos migratorios masivos incontrolados e irregulares que experimentamos en 2015», comentó el jefe del Ejecutivo heleno. Hace seis años más de un millón de solicitantes de asilo, buena parte de ellos originarios de Siria, arribaron al territorio griego desde Turquía atravesando la frontera terrestre o cruzando el mar Egeo.

Proteger fronteras

Mitsotakis consideró que su país fue en 2015 «víctima» de la política y de las instituciones europeas e invitó a aprender de «nuestros errores» en aquella situación. «Todavía no somos capaces de llegar a un acuerdo sobre migrantes y refugiados, pero coincidimos en que necesitamos proteger nuestras fronteras. Debemos hacerlo de manera estructurada y disciplinada, en el pleno respeto del derecho internacional», insistió el jefe de Gobierno de Atenas.

Italia, que ejerce este año la presidencia de turno del G20, trata mientras tanto de construir consensos entre los países más desarrollados a la hora de responder al nuevo tablero que deja el éxito de los talibanes. En su ronda de contactos con distintos líderes internacionales, el primer ministro italiano, Mario Draghi, mantuvo este miércoles una conversación telefónica con el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, para hablar de la crisis afgana, en particular de la necesidad de hacer llegar asistencia humanitaria a la población y del papel que puede jugar a partir de ahora la ONU en la nación centroasiática.

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Roma ha puesto a trabajar a su diplomacia para intentar organizar en las próximas semanas un encuentro del G20 dedicado a Afganistán. El 30 y 31 de octubre ya hay fijada una cumbre en la capital italiana en la que participarán los jefes de Estado y de Gobierno de este club que aglutina a las naciones más desarrolladas del mundo.

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