Concentraciones multitudinarias para pedir la libertad de Navalni

La salud de Navalni se ha deteriorado seriamente en las últimas semanas y se ha agravado por la huelga de hambre que mantiene desde el 31 de marzo. Según su abogada, Olga Mijaílova, que pudo verle el martes, «le han puesto goteo de glucosa y nada más». Cuatro expertos del Comité de Derechos Humanos de la ONU con sede en Ginebra solicitaron que sea enviado fuera de Rusia para ser tratado, ya que consideran que su vida «corre un grave peligro». Los relatores advirtieron también que las condiciones de reclusión actuales «podrían equivaler a tortura, a castigos o a tratos crueles, inhumanos o degradantes».

La Defensora del Pueblo rusa, Tatiana Moskalkova, aseguró ayer que cuatro médicos oficiales, pero no asignados al sistema penitenciario, examinaron a Navalni el martes y «no observaron riesgos serios para su salud». Por el contrario, tras comprobar los análisis de sangre, los médicos del disidente ruso concluyeron que padece «insuficiencia renal aguda».