La UE cierra filas para evitar otra avalancha migratoria

La conclusión a la que llegaron los ministros de Interior reunidos en Bruselas no gustó a todos. Pero, a pesar de las diferencias, la decisión quedó fielmente reflejada en la imprecisa declaración conjunta firmada por los Estados miembro. Los claros ganadores del encuentro fueron, sin duda, los países del llamado grupo de Visegrado, que encabezados por Austria, se negaron desde el primer momento a abrir sus puertas a los migrantes y apostaron por dar soporte a naciones como Pakistán o Irán, para que no se produzcan «movimientos migratorios ilegales y descontrolados a gran escala», como reza el documento difundido ayer tras la cita europea.

«Quedaos allí y apoyaremos a la región para que ayude a la gente allí», instó el ministro de Interior austriaco, Karl Nehammer, en la misma línea que Dinamarca, República Checa, Polonia, Hungría y Eslovaquia. Mientras, el canciller luxemburgués echó en cara a este núcleo duro antiinmigración que «hacen todo lo posible para impedir que los refugiados vengan a Europa».

Otro de los mensajes que quedó claro con la reunión de este martes es que no habrá cupos ni reparto obligatorio de migrantes. «Como parte de los esfuerzos globales, se podría dar apoyo en forma de reasentamiento (de refugiados) de manera voluntaria» y dando prioridad a colectivos «vulnerables» como mujeres y menores de edad, detalla el texto. Al respecto, el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, aseguró que España «aceptará la responsabilidad individual que le corresponda» para la acogida, convencido de que la política europea consiste en «dar protección a quien lo necesita».

«Es importante que no nos centremos solo en nuestras fronteras porque la mejor forma de evitar una oleada migratoria es evitar una crisis humanitaria», remarcó, por su parte, la anfitriona del encuentro, la comisaria de Interior, Ylva Johansson. Aunque en la reunión no se habló de cifras concretas de la ayuda a los países vecinos de Afganistán, fuentes de la UE avanzaron que Bruselas prevé destinar 1.100 millones. Sería un plan similar al adoptado con Turquía, que recibió 6.000 millones para que actuara de barrera y acogiera a refugiados, especialmente los que huían del conflicto sirio.

La seguridad del bloque también se debatió este martes. Al respecto, los Veintisiete se comprometieron a hacer «todo lo posible» para que el nuevo régimen afgano –que no será reconocido por la UE– «no derive en nuevas amenazas para los europeos». «Debemos asegurarnos de que los talibanes cortan sus lazos con el terrorismo internacional», aseguraron.