Boda secreta y católica de Boris Johnson y Carrie Symonds

Hace unos días, los medios de comunicación publicaron que Boris y Carrie habían enviado a familiares y amigos una tarjeta para que reservaran la fecha del 21 de julio. Como las operaciones militares de camuflaje y simulación que tanto gustaban a su admirado Winston Churchill, Johnson habría distraído a la prensa sin informar de la fecha real de la boda ni siquiera a sus colaboradores más próximos.

Las crónicas de la prensa popular son por eso parcas. El 'Mail on Sunday' dice que la novia «avanzó hacia el altar a los acordes de música clásica». «The Sun» pudo hablar con un ayudante de la Iglesia, que describe el vestido nupcial de Symonds como largo, blanco y sin velo. El novio «no podía quitarle los ojos de encima a ella», añade.

Los reporteros de 'The Sun' se acercaron a la explanada ceremonial de Horse Guards Parade y vieron asomar la punta de una carpa festiva por encima de la tapia del jardín del 10 de Downing Street, y oyeron a los que allí se encontraban cantar un éxito de la década de los setenta, 'American Pie', mezcla alegre de folk y rock, con una letra impenetrable.

Johnson es el primer jefe de Gobierno británico que fue bautizado como católico. Los precedentes imperfectos son Theresa May, que seguía a su padre, vicario, en la tradición de la Alta Iglesia anglicana, también conocida como anglocatólica, y Tony Blair, que asistía a misa con su esposa, católica, y anunció su unión a la Iglesia de Roma cuando ya había salido del Gobierno.

La corona aún preside la Iglesia anglicana. Los católicos suman en torno al 10% de la población británica y han sufrido marginaciones legales heredadas de las guerras de la Reforma, en el siglo XVI. La madre de Johnson, Charlotte Fawcett, es católica, pero él habría sido confirmado como anglicano en el colegio de Eton. Symonds es católica. El matrimonio habría sido posible mediante la anulación de los dos previos de Johnson.

Se casó muy joven con una estudiante en Oxford y más tarde con la abogada Marina Wheeler, a quien conoció en Bruselas, donde sus padres eran amigos. El romance público con Symonds, que era responsable de comunicación en el Partido Conservador, llevó a la ruptura del matrimonio, que dio cuatro hijos, cuando Johnson era ministro de Exteriores.

Symonds es hija de un periodista y de la abogada del periódico en el que se conocieron. Sus padres la engendraron en un 'affair' extramarital y nunca vivieron juntos. Criada por su madre en el sudoeste de Londres, Symonds mostró inclinación hacia la Historia y el teatro en sus estudios universitarios en Warwick. Posteriormente se especializó en relaciones públicas y campañas políticas.

La pareja comparte un interés que ha derivado en críticas a la influencia que Symonds tiene en el Gobierno. En los círculos de Whitehall se le ha apodado «Carrie Antoinette», en evocación de la esposa de Luis XVI, que fueron decapitados en la Revolución Francesa. Se le achaca, por ejemplo, un papel protagonista en la marcha de Downing Street de dos asesores fundamentales del primer ministro- Dominic Cummings y Lee Cain-, el pasado noviembre.

La influencia de Symonds habría convencido a Johnson de que Cummings, en particular, perseguía estrategias de confrontación que poníoan en peligro la estabilidad del Gobierno y empañaban la imagen más convencional del primer ministro como una figura presidencial que deja hacer a los demás. El asesor sobre el cumplimiento del código ministerial, lord Geidt, entregó a la pareja un buen regalo de boda. Exculpó a Johnson de haber incumplido las normas éticas en las obras de su residencia oficial, ideadas por su ahora esposa.