Ivia Ugalde
Domingo, 29 de agosto 2021, 20:40
Vestidos de riguroso luto, Joe Biden, y la primera dama, Jill Biden, acudieron este domingo a la base militar de Dover, en Delaware, para recibir con honores los restos de los trece soldados caídos el jueves en el aeropuerto de Kabul. Los féretros, cubiertos por ... la bandera nacional y cargados por sus propios compañeros, pasaron uno a uno delante de los ojos de la pareja presidencial y de los de toda una nación, conmovida por la amarga constatación del que ha sido el ataque más letal contra el Ejército norteamericano en la última década en Afganistán.
Publicidad
Cuando se inició la guerra en el país asiático hace ya veinte años tras los atentados del 11-S en 2001, muchos de los marines que se dejaron la vida hace cuatro días en Kabul mientras ayudaban en las tareas de evacuación ni siquiera habían nacido. Una triste evidencia de una herida que lleva abierta largo tiempo y hoy es todavía más sangrante, sobre todo para sus devastadas familias, invadidas este domingo por el dolor y la ira.
Antes de iniciarse la ceremonia en la base de Dover, que durante décadas ha sido sinónimo del regreso de los soldados muertos en combate, Biden se reunió con los seres queridos de los trece militares. Sin embargo, era difícil hallar palabras de consuelo para quienes cuestionan, como muchos, la caótica evacuación llevada a cabo y el alto precio pagado.
«Me gustaría respetar al presidente Biden, pero no puedo. Enviaron a mi hijo allí mientras los talibanes avanzaban en el terreno. Biden le ha dado la espalda», lamentaba Steve Nikoui, padre de Kareem Nikoui, uno de los cinco marines de 20 años que murieron en el aeropuerto de Kabul. Pegado a las noticias de televisión, Steve buscaba el jueves desesperado pistas sobre su hijo cuando tres infantes de marina llegaron a su puerta para comunicarle el fatal desenlace.
Así le ocurrió también a las familias de Rylee McCollum (20 años), Max Soviak (22), Jared Schmitz (20), David Lee Espinoza (20), Hunter López (22), Daegan Page (23), Ryan Knauss (23), Darin Taylor Hoover Jr (31), Dylan Merola (20), Humberto Sánchez (22), así como de Johanny Rosario Pichardo (25) y Nicole Gee (23), las dos mujeres del grupo.
Publicidad
Gee, nacida en California, se había hecho famosa por publicar días antes en su cuenta de Instagram una foto suya sosteniendo a un niño durante las evacuaciones. «Amo mi trabajo», se podía leer. McCollum, natural de Wyoming, se había casado en febrero y esperaba ser padre en tres semanas. A los tres años ya disparaba con un rifle de juguete y soñaba con alistarse, al igual que Schmitz, de Missouri. Ambos habían servido antes en Jordania. Por su parte, Soviak, de Ohio, era médico de la Marina y su sueño siempre había sido desempeñar una carrera militar.
A Lee, nacido en Laredo, quienes lo conocían lo describen como un joven «tranquilo y generoso» que amaba EE UU. López también. «Vestía su uniforme con orgullo», dijeron sus padres. Knauss, de Tennesse, era un soldado del Ejército que llevaba 9 meses en Afganistán. Page, de Nebraska, un fanático del hockey y de la caza. Hoover tenía el rango de sargento y jugaba al fútbol americano en Utah. Merola soñaba con estudiar ingeniería. Rosario, de Massachusetts, era una «guerrar absoluta», como recuerda un antiguo profesor suyo.
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.