Llegada de refugiados ucranianos a la Estación Central de Berlín. Reuters/Vídeo: atlas

Berlín activa un 'puente ferroviario' con Polonia

Alemania trata de canalizar la llegada de refugiados ucranianos y su tránsito hacia otros países

Joana Serra

Corresponsal en Berlín

Jueves, 3 de marzo 2022, 17:16

Berlín ha activado un 'puente ferroviario' con Polonia para canalizar la llegada de refugiados desde ese país a Alemania, al tiempo que incrementa también otras conexiones internacionales para recibir a los desplazados acogidos temporalmente en Rumanía, Eslovaquia o Hungría. El principal -y más fluido- trayecto ... es el que va de Frankfurt del Oder, ciudad fronteriza con Polonia, a la capital alemana. Es un recorrido de algo más de una hora, de por sí muy concurrido, que ahora se ha convertido en pieza clave para favorecer la llegada de ciudadanos ucranianos o de otras nacionalidades, pero que tenían residencia fija o temporal en Ucrania.

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Polonia ha sido el principal receptor del aproximadamente millón de ucranianos que han dejado su hogar en una semana, desde que empezó la invasión rusa. Más de 575.000 refugiados entraron en territorio comunitario a través de Polonia hasta el jueves, según datos de las autoridades fronterizas polacas.

Muchos de esos ucranianos seguirán hacia Alemania, sea por razones familiares o por considerar que ahí tiene mejores perspectivas de reencauzar su existencia, también en el terreno laboral. El gobierno del canciller socialdemócrata Olaf Scholz se ha comprometido a brindarles esa acogida. Su ministra de Exteriores, la verde Annalena Baerbock, empezó a abordar con los responsables de los poderes regionales cómo se materializará el compromiso, ya que las competencias de la acogida de refugiados y peticionarios de asilo son compartidas entre los Länder -estados federados- y el Gobierno federal.

Alemania fue ya el país comunitario que más refugiados acogió entre 1992-1996, en la crisis migratoria derivada de la guerra de los Balcanes. Solo en el primer año de conflicto recibió 320.000 peticionarios de asilo procedentes de Bosnia-Herzegovina. Y volvió a ser el principal receptor dentro de la UE en la gran emergencia humanitaria derivada de la guerra en Siria, al recibir casi un millón de refugiados solo en su año álgido, en 2015.

No hay pronósticos fiables de cuántos de los ucranianos que ahora buscan refugio en los países vecinos seguirán viaje a Alemania. Pero el Gobierno de Scholz ha demostrado que su compromiso hacia Ucrania no se quedará esta vez en la ayuda humanitaria, sino que se extiende al suministro de armas -lo que le convierte, para la retórica de Vladímir Putin, en «país en guerra«-. El fin de semana se aprobó ya un primer suministro de 1.000 lanzagranadas antitanque y 500 misiles antiaéreos. Le seguirá una segunda partida de 2.700 misiles antiaéreos, según trascendió ayer a medios alemanes.

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También en medios alemanes se informó de los primeros embargos a oligarcas afines a Putin con propiedades en el país. El más vistoso de ellos sería la inmovilización por parte de las autoridades de Hamburgo del yate Dílbar, de 156 metros de eslora y supuestamente el más largo del mundo, propiedad de Alisher Usmanov, del círculo estrecho del presidente ruso.

Mientras, los grandes consorcios automovilísticos, como Volkswagen, Mercedes y BMW, anunciaron la suspensión de sus negocios y exportaciones en Rusia, en línea con las decisiones similares adoptadas por otros gigantes de la empresa privada, como la sueca IKEA.

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