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Residentes o gente que visitó el mercado de Xinfadi hacen cola para hacerse el test de coronavirus en el pabellón deportivo de Guang'an, en Pekín. Efe
Pekín da un paso atrás y reinstaura medidas cercanas al confinamiento

Pekín da un paso atrás y reinstaura medidas cercanas al confinamiento

El rebrote del coronavirus suma 31 nuevos casos y las calles de la capital china vuelven a vaciarse. Crece el temor a que se propague por el país

Zigor Aldama

Shanghái

Miércoles, 17 de junio 2020, 08:52

El goteo de contagios de coronavirus relacionado con el mercado pequinés de Xinfadi continúa imparable. China registró este miércoles 44 nuevos casos en todo su territorio, y 31 están relacionados con las instalaciones del principal mercado de abastos de la capital. Así, ya son 137 ... las personas que han contraído el patógeno debido a este rebrote. Es un número reducido si se compara con las infecciones que registran otros países, pero supone un preocupante toque de atención porque Pekín llevaba 55 días sin detectar ningún contagio local hasta que, el pasado jueves, la buena racha se rompió y dio paso a una nueva pesadilla.

«Nos han dicho que no salgamos de casa si no es estrictamente necesario. Y, aunque nos lo permitieran, tampoco lo haríamos. Mis padres son ya mayores y tenemos miedo de que se puedan contagiar», cuenta por el chat de la red social Weibo una mujer que vive en uno de los complejos residenciales confinados, en el distrito de Fengtai, y que pide identificarse solo como Chen. «Confiamos en las medidas que las Autoridades están tomando para atajar el brote, porque han demostrado ser mucho más efectivas que las de Occidente, pero nos sorprende que haya sucedido en Pekín. Siempre hemos creído que la capital era el lugar más seguro», añade.

«Pekín se encuentra en una situación preocupante, pero está tratando de evitar que el coronavirus se extienda por la ciudad y por el país. Investigaciones preliminares apuntan a que este clúster se debe a una transmisión comunitaria entre personas y a través de objetos contaminados», ha afirmado el vicesecretario general del gobierno de Pekín, Chen Bei. Aunque este dato parece restar fuerza a la hipótesis de que la fuente del rebrote está en el salmón importado que vendía un puesto del mercado, en cuya tabla de cortar se encontraron trazas del coronavirus, las Autoridades han detenido la importación de los lotes procedentes de Europa.

Los expertos chinos que han realizado la secuenciación genética del coronavirus que circula ahora por Pekín están convencidos de que pertenece a la cepa europea, más infecciosa y virulenta, y fuentes consultadas por este periódico aseguran que también se han suspendido las compras de carne, tanto congelada como refrigerada. No obstante, los primeros contagios en un restaurante se han dado en un establecimiento especializado en cocina sichuanesa, donde no se sirven alimentos importados. Cinco de sus empleados han dado positivo, y toda la plantilla será sometida a las pruebas. En total, Pekín realizará unos 200.000 tests de ácido nucleico en tres días que los expertos consideran clave para atajar el rebrote. «Ahora nos vemos obligados a pedir comida a domicilio y me vuelve a preocupar que esté contaminada», afirma Chen.

Aunque Pekín quiere evitar a toda costa un confinamiento estricto como el que impuso a finales de enero en Wuhan y en la provincia de Hubei, que tiene un elevado impacto económico, ha activado el segundo nivel de alerta y las restricciones son cada vez mayores. Además de haber cerrado a cal y canto una treintena de complejos residenciales considerados de alto riesgo en los que habitan miles de personas, la capital ha reinstaurado controles estrictos de entrada y salida -se toma la temperatura, se comprueba el código QR de la aplicación oficial de salud, y se registran los datos personales-, ha clausurado todos los centros de educación y urge a las empresas a que retomen el teletrabajo siempre que sea posible.

Por si fuese poco, los taxis no pueden salir del término municipal y se han cancelado más de dos tercios de los vuelos programados -más de mil en total- en los dos aeropuertos de esta ciudad de 22 millones de habitantes. El transporte público urbano vuelve a circular con aforo limitado y el Gobierno ha informado de que los pequineses que quieran viajar a otras provincias tendrán que presentar primero un test negativo de coronavirus. El objetivo es cumplir con la promesa que han hecho los dirigentes chinos: que Pekín no se convertirá en un segundo Wuhan.

«Comparado con la fase inicial de la epidemia, ahora conocemos mejor al virus y se ha avanzado mucho en la concienciación y en las medidas de prevención ciudadana», ha explicado Wang Guangfa, experto en enfermedades respiratorias del Peking University First Hospital, al diario Global Times. No obstante, también ha reconocido que aún no se conoce el origen del rebrote y que, si la propagación del coronavirus se acelera, la capital podría adoptar las medidas de confinamiento más estrictas.

De forma adicional, cada vez son más las ciudades que pondrán en cuarentena a los ciudadanos procedentes de la capital. E incluso en lugares tan lejanos como Shanghái, a más de mil kilómetros de distancia, se han vuelto a instaurar los controles de entrada a las zonas residenciales a pesar de que no se han detectado nuevos casos. «Los paquetes ya no se pueden entregar a domicilio y tienen que depositarse a la entrada. De momento, se permite la entrada de no residentes, pero tienen que registrarse con sus datos y mostrar el código de salud de color verde», explica Ye Shufang, guarda de un complejo residencial del barrio de Hongkou.

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