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mikel ayestaran
Corresponsal. Jerusalén
Lunes, 27 de enero 2020, 13:35
Los talibanes se atribuyeron el derribo de un avión estadounidense «en misión de inteligencia» este lunes en la provincia afgana de Ghazni, según declaró el portavoz insurgente, Zabihullah Mujahid, que no aportó detalles sobre el método empleado para alcanzar el aparato. Fuentes militares consultadas ... por la agencia AP aseguraron que «no está claro» lo ocurrido con un aparato que, según las imágenes difundidas por los propios talibanes, sería un Bombardier E-11A, modelo empleado por el Ejército de Estados Unidos para labores de vigilancia. El Pentagono, por su parte, reconoció que un avión militar estadounidense se estrelló al este del país, aunque negaron que fuera derribado por los talibanes y tacharon como falsas las reivindicaciones de los insurgentes.
La Policía afgana confirmó que una aeronave se estrelló al mediodía de este lunes una zona montañosa del distrito de Deh Yah, de la provincia de Ghazni. En un primer momento el vicepresidente segundo de Afganistán, Sarwar Danish, aseguró que se trataba de un avión de pasajeros de la aerolínea local Ariana.
La compañía lo negó de forma inmediata y aseguró a través de su canal de Facebook que «todos los vuelos de la aerolínea operan con normalidad», en referencia a las conexiones que operaron desde Kabul a Herat y Delhi. Militares afganos salieron hacia la zona montañosa donde se estrelló el avión, pero no trascendieron los datos sobre lo que se encontraron en la zona y la investigación sigue abierta.
Diecinueve años después del inicio de la operación internacional contra los talibanes, las carreteras están fuera del control de las fuerzas de seguridad y el avión se ha convertido en la única forma segura de viajar de una ciudad a otra en el país asiático. La autoridad de Kabul apenas tiene poder más allá de las capitales de provincia y en el Afganistán rural son los insurgentes quienes imponen su ley. La confusión sobre lo ocurrido con el avión llegó en medio de las nuevas conversaciones de paz que talibanes y Estados Unidos mantienen en Doha.
Los medios afganos informaron de que los enviados de Trump exigen un compromiso de larga duración de cese de la violencia antes de firmar ningún acuerdo. Los insurgentes ofrecieron la semana pasada la opción de una tregua de «entre una semana y diez días» como un primer paso para poner fin a casi dos décadas de guerra, pero los estadounidenses presionan para obtener un compromiso de mayor duración.
Este es el segundo intento que ponen en marcha ambas partes para firmar la paz después de que en septiembre, cuando todo parecía cerrado, Trump decidiera suspender el proceso en el último instante debido a un repunte de la violencia en Afganistán.
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