colpisa / afp
Jueves, 5 de julio 2018, 08:46
Los rescatistas estudian las posibles opciones para evacuar a los doce niños y su entrenador de fútbol, atrapados desde hace doce días en una cueva inundada en Tailandia, en una carrera contrarreloj ante el riesgo de que suba el nivel del agua, con el ... retorno previsto de las lluvias. «Nuestra mayor preocupación es la meteorología», declaró Narongsak Osotthakorn, jefe de la célula de crisis.
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Los socorristas esperan poder hacer que baje el nivel del agua de forma suficiente como para que los niños no tengan que bucear o que lo tengan que hacer muy poco. «Esta mañana preparamos los trece equipos de buceo» para poder evacuar de manera urgente, agregó. Pero el gobernador recordó que se necesitaban once horas a un buzo experimentado para ir y venir hasta donde están los niños: seis horas de ida y cinco horas de vuelta aprovechando la corriente.
El regreso de la lluvia, previsto para el viernes, en esta temporada del monzón, podría precipitar esta evacuación, con el riesgo de que torrentes de agua inunden la cueva. «Escuché que habrá lluvia otra vez. Estoy muy inquieta», dijo Sunida Wongsukchan, familiar de Ekkarat, uno de los niños atrapados. A su alrededor, en la carpa reservada a las familias, la inquietud es cada vez mayor.
«Hemos calculado el tiempo que nos queda, en horas y en días, en caso de lluvia y de que el agua invada la cueva», declaró Narongsak Osotthakorn, también gobernador de la provincia de Chiang Rai. El trayecto de retorno es de varios kilómetros e incluye zonas angostas. Algunos tramos tendrán que hacerse bajo el agua, por lo que los socorristas presentes en la cueva están entrenando a los jóvenes para que aprendan a bucear. «Nuestra principal misión es bombear» el agua, precisó el gobernador añadiendo que seguía siendo de actualidad cavar un túnel vertical para evacuar la cueva. «Estudiamos cada metro cuadrado para ver si uno de los pozos lleva a la cueva», dijo el gobernador.
Fue a causa de las lluvias torrenciales que los niños se vieron atrapados en la cueva el 23 de junio tras haber decidido, por una razón que todavía no está clara, entrar en ella tras el entrenamiento de fútbol con su entrenador, de 25 años. Los familiares hablan de una posible fiesta de cumpleaños que habrían querido organizar en la cueva para uno de ellos que el 23 de junio cumplió 16. Hasta ahora fracasaron los intentos por instalar una línea telefónica para que los niños puedan estar en contacto con sus padres. El jueves los socorristas intentaban instalar la línea otra vez.
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El vídeo con su hallazgo por buzos británicos el lunes dio la vuelta al mundo: se ve a los niños, delgados, amontonados sobre una roca. Desde entonces su situación mejoró: los socorristas se relevan a su lado, los alimentan y les enseñan a utilizar el material para bucear.
«¡Mucha fuerza!» fue el emotivo mensaje de aliento enviado el miércoles por Mario Sepúlveda, uno de los 33 mineros chilenos que estuvieron 69 días bajo tierra, a los 12 niños y su entrenador de fútbol. Sepúlveda dijo que está dispuesto a viajar a Tailandia para aportar su experiencia a los equipos de rescate.
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