¿Quiénes son los cinco candidatos a la presidencia de Argentina?

Hace trece meses era el «superministro» que iba a salvar la economía argentina. El presidente Alberto Fernández lo llamó para encargarle un trabajo diabólico tras destituir a la economista Silvana Batakis, que no duró más de 24 días en el cargo. Aceptó ocuparse de todo lo importante. Soñaba o pensaba que podía eludir el jaque en el que se encontraba la economía argentina, y se hizo cargo de las carteras de Hacienda, Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo productivo. Firmó ese compromiso porque su principal objetivo ha sido siempre ser presidente de su país. Un ambicioso como él pidió solidaridad para intentar mejorar una grave situación, y se dirigió a los ciudadanos que guardan el dinero debajo del colchón que los sacaran y transformaran en un bien que le permitiera preservar el valor y construir futuro para sus generaciones. No lo logró. Hoy Argentina continúa con medio país en la pobreza, un 140% de inflación anual, diez tipos de cambio del dólar. Especialistas económicos lo califican del peor ministro de Economía que ha tenido el país. Pero… es el segundo en las encuestas para ser elegido presidente.

Durante el segundo debate de la campaña electora, la exministra de Seguridad del gobierno de Mauricio Macri se mostró más combativa al arremeter contra los corruptos del oficialismo, algo muy extraño en una conservadora como ella. Pero ahí ganó presencia y aceptación para aparecer en los tres primeros lugares de favoritos a gobernar el país. Lo tiene muy difícil. Los nombres de Eva Perón y Cristina Kirchner pesan mucho en la historia de la política argentina. Ella, de 67 años, proclama representar la única fuerza que «de verdad puede hacer los cambios que la Argentina necesita. Este domingo te pido que votes por nuestra fuerza, que es la tuya. Es ahora y para siempre». Ella también ataca al kirchnerismo. «Hace 20 años que somos rehenes de las mafias del kirchnerismo», lo dice abiertamente. Totalmente en contra de la dolarización y propone recortar el gasto público para frenar la inflación. Ha prometido eliminar los impuestos donde Argentina obtiene sus principales ingresos.

A sus 74 años, el gobernador de Córdoba es el candidato de mayor edad que aspira a gobernar Argentina. Considerado un peronista moderado ha planteado su campaña pensando en el votante del interior del país. Su lema ha sido «el voto que vale para hacer un país normal». Está convencido de que Argentina tiene la oportunidad de decir que hay otro país que quiere ir hacia adelante. «Construyamos juntos un país donde prime el sentido común y donde todos tengamos futuro, porque Argentina lo tiene», es uno de sus principales mensajes. Todos los dolores de cabeza argentinos en materia de economía los arreglaría con una medicina basada en la desaparición del déficit fiscal. Según las encuestas, donde figura en cuarto lugar, sus ideas no han convencido a una población ansiosa de cambios profundos.

Se autodefine como la abogada defensora de las libertades democráticas y de los trabajadores, y es dirigente del PTS (Partido de los Trabajadores Socialistas). Por ser de izquierda, por sus ideas anticapitalistas, la llaman «la rusa». Ganó muchos adeptos cuando en el segundo debate electoral acusó a Javier Milei de ser un negacionista del cambio climático, al mismo tiempo que le reprochó sus ideas económicas y sentenció: «La única libertad que defiende Milei es la libertad de que te exploten sin límites». Ella, 51 años, en cambio, ha lanzado las propuestas de instalar un salario mínimo igual al costo de la canasta familiar, reducir la jornada laboral a seis horas y cinco días, y prohibir los despidos y suspensiones laborales.