Castillo somete a su Gobierno al voto de confianza del Congreso de Perú

«Nuestros objetivos inmediatos son derrotar la pandemia producida por el Covid-19 y reactivar nuestra economía», defendió Bellido, un ingeniero y legislador izquierdista de 41 años que anoche se esforzó por desmarcarse de las acusaciones de quienes aseguran que el nuevo Gobierno pretender formar parte del llamado «socialismo del siglo XXI» de Venezuela y Bolivia. «Nuestra gestión no intenta copiar modelos adoptados en otros países», dijo, en un intento por recabar la necesaria mayoría absoluta en una Cámara compuesta por 130 legisladores.

La votación –que debía celebrarse tras un largo debate de los legisladores, que siguió a los 60 minutos concedidos al primer ministro para su exposición– se antojaba un desafío para Castillo. De no conseguir el respaldo para su Ejecutivo, los 19 miembros de su gabinete no tendrían otro remedio que dimitir en bloque en las 72 horas siguientes, según establece la Constitución. Así, el jefe de Estado se vería obligado a conformar un nuevo Ejecutivo para someterse nuevamente al escrutinio del Parlamento.

La oposición había exigido a Castillo la renuncia de varios de los miembros de su Gobierno antes de pedir el voto de confianza en la Cámara, incluida la del propio Bellido. Sin embargo, el presidente no accedió a dicha petición y solo presentó su dimisión el pasado 18 de agosto el ministro de Exteriores Héctor Béjar tras hacerse públicas unas antiguas declaraciones suyas en las que aseguraba que «el terrorismo en el país lo inició la Armada».

Los continuos cuestionamientos a Castillo le han pasado ya factura en las encuestas. El mandatario peruano ha iniciado su mandato con una desaprobación del 46%, según el último sondeo del Instituto de Estudios Peruanos (IEP), y un clima de incertidumbre (27%) y miedo (14%). El mismo organismo detalla que en tan solo un mes el respaldo al jefe de Estado ha caído al 38% frente al 53% que recababa antes de asumir el poder el 28 de julio.