Los manifestantes piden la retirada del Ejército de las calles de Chile

Hubo además nuevos incendios, barricadas, saqueos a supermercados -329 según informó el Ministerio del Interior- y manifestaciones en las principales ciudades del territorio que fueron repelidas por la Policía con disparos, camiones lanza agua y bombas de gases lacrimógenos. «Piñera ya fue», coreaban en Santiago los manifestantes que exigen el levantamiento del estado de emergencia y la retirada de los militares de las calles.

El presidente Sebastián Piñera había brindado un mensaje en el que pidió perdón por no haber sido capaz de reconocer «legitimas necesidades» de la población. Y para bajar el tenor de las protestas ofreció un aumento de las pensiones mínimas y del sueldo mínimo, mecanismos para frenar aumentos de tarifas, impuestos más altos para los sectores de mayores ingresos y un reparto equitativo de los fondos de los municipios.

Las medidas -con un costo estimado por Hacienda en 1.200 millones de dólares- fueron consideradas «migajas» por portavoces del Partido Comunista, mientras que otros partidos las calificaron como «insuficientes».

La respuesta de Piñera, alejada de sus primeras reacciones airadas, no alcanzó para frenar las protestas que exigen que vuelvan a los cuarteles los militares que patrullan las calles durante el toque de queda y efectúan detenciones y disparos con balas de plomo.

La Central Unitaria de Trabajadores denunció que el Gobierno «arrastra al país a una grave confrontación» y exigió que levante el estado de emergencia y retire a los militares de las calles.

Durante el toque de queda nocturno, que se extiende cada vez a nuevas ciudades, hubo desmanes. En la ciudad de Talca, al sur de Santiago, una treintena de activistas incendió un centro municipal de abastecimiento. Hubo también ataques y destrozos de cabinas de peaje, sucursales de bancos, un tribunal de garantías y comercios en diversas ciudades.

En Concepcxión, un hombre atropelló a manifestantes que cortaban una ruta. Hubo dos muertos, entre ellos un niño de cuatro años, y 18 heridos. En Santiago, agentes de policía entraron por la fuerza a la sede de la Juventud Comunista durante el toque de queda y se llevaron a tres dirigentes estudiantiles secundarios.