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gerardo elorriaga
Domingo, 15 de noviembre 2020, 10:20
Marruecos ha negado la existencia de ataques del Frente Polisario contra el muro que protege los territorios ocupados en el Sahara Occidental. Portavoces oficiales del reino alauí han desmentido las informaciones difundidas este domingo por la milicia sobre incursiones con artillería que habrían provocado ... bajas humanas y graves pérdidas materiales según la versión saharaui, y tan sólo reconocen «algunos hostigamientos» sin consecuencias por parte de la guerrilla.
Esta reacción cuestiona la veracidad de los informes llegados desde el otro lado de la barrera. La República Saharaui Árabe Democrática declaró la reanudación de la guerra el pasado viernes y este domingo dio cuenta de una ofensiva militar que comprendía objetivos en el norte y sur de la muralla, de más de 2.000 kilómetros de longitud. La agencia marroquí de noticias MAP califica de falsas las imágenes de los presuntos choques y que habían sido difundidas desde los campamentos de refugiados.
La reacción de Rabat ha sido muy sutil hasta la fecha. El incidente de Guerguerat ha sido interpretado como una violación de su integridad territorial, según MAP, que compara con otros hechos de violencia terrorista tan frecuentes en la región del Sahel, a pesar de que aquí no existe el componente yihadista. Por su parte, el Frente Polisario explicó la iniciativa como una forma de denunciar el incumplimiento de los términos del Acuerdo de Alto El Fuego que impide cambios en el status quo. La aduana atacada permite el tráfico de personas y mercancías con Mauritania y Senegal.
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La cuestión saharaui no concita disensiones entre la clase política marroquí. Todo el arco parlamentario, desde los conservadores del Istiqlal hasta la izquierda, laicos e islamistas, respaldan las tesis gubernamentales, partidarias de la concesión de autonomía al territorio, pero sin cuestionar la soberanía. La Cámara de Consejeros, el Senado marroquí, aprobó este domingo, por unanimidad, la operación de las Fuerzas Armadas Reales (FAR) para recuperar el control de la carretera que une sus posesiones en el Sáhara con Mauritania.
Los medios de comunicación se refieren a la recuperación del paso fronterizo, pero no mencionan sus consecuencias. No hay alusiones a la apertura de las hostilidades llevada a cabo por el presidente Brahim Gali, las declaraciones tan explosivas del Frente Polisario como las que anuncian «una nueva guerra total en la región» y, por supuesto, a los episodios bélicos posteriores.
La prensa marroquí se ha hecho eco de los múltiples apoyos concitados por el régimen y que incluyen al Parlamento Árabe y, curiosamente, a todos sus aliados en la lucha contra el gobierno de Saná en Yemen. La iniciativa saharaui ha provocado la preocupación de España y Francia, antiguas metrópolis de Marruecos, pero, hasta la fecha, tan sólo ha obtenido el respaldo expreso de organizaciones no gubernamentales. La intervención marroquí tan sólo ha sido condenada por la agencia argelina APS que lo tacha de 'brutal asalto'.
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