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Kaïes Saied, presidente de Túnez, en una imagen del pasado 1 de agosto. AFP
Kaïes Saied acaba con el sueño de la 'primavera árabe' en Túnez

Kaïes Saied acaba con el sueño de la 'primavera árabe' en Túnez

El mandatario decide no restaurar la democracia en el país y prorroga indefinidamente la suspensión del Parlamento

Gerardo Elorriaga

Martes, 24 de agosto 2021, 20:12

a decisión del presidente Kaïes Saied de no restablecer los mecanismos democráticos en Túnez liquida la restauración del Estado de Derecho en el país magrebí, el único logro institucional de la denominada 'primavera árabe'. La decisión, trasmitida ayer a los medios de comunicación, no ha ... sorprendido realmente, dadas las diferencias abismales entre el jefe del Ejecutivo y el Gobierno, de mayoría islamista, y la difícil situación que padece la república. La oficina del mandatario ha asegurado que se dirigirá próximamente a la ciudadanía a través de un discurso televisado en el que expondrá su plan de actuación.

La crisis económica y sanitaria han inducido a decisiones que conducen a Túnez hacia un futuro político incierto. El pasado 25 de julio, el dirigente utilizó el artículo 80 de la Constitución, que permite aplicar medidas excepciones en circunstancias graves, para suspender la Cámara, destituir al primer ministro Hichem Mechichi y concentrar el poder en sus manos. Entonces, la asunción de la herramienta legal fue interpretada como una respuesta coyuntural ante la sucesión de protestas callejeras contra la penosa gestión de la pandemia y la debacle económica que sufre el territorio.

La orden presidencial dilata «hasta nuevo aviso» la suspensión del Parlamento y la retirada de la inmunidad a sus miembros. Esta contingencia ya aparecía en el boletín oficial que recogía la medida y que indicaba su «condición prorrogable». A lo largo de estas cuatro semanas, cuatro miembros del partido gubernamental Ennahda han sido procesados, aunque la decisión más importante, a efectos de fortalecer la posición de Saied, es el nombramiento de su consejero Ridha Gharsallaoui como nuevo ministro de Interior.

La aplicación de la norma generó controversia hace un mes y se cuestionó su duración, en principio circunscrita legalmente a los treinta días siguientes. El nuevo hombre fuerte de Túnez argumentará la coyuntura actual para explicar el escenario político que ha creado. La nefasta gestión de la pandemia y la debacle económica provocaron una sucesión de manifestaciones callejeras que culminaron en su paso adelante. Pero la situación ha sido profundamente inestable a lo largo de los últimos diez años de etapa constitucional. La precariedad laboral y la corrupción administrativa han sido detonante de continuas movilizaciones y el descrédito de la élite política, tanto laica como de inspiración religiosa.

Disensiones

La magnitud del descontento queda de manifiesto en la reacción popular. Hace un mes, la decisión de Saied concitó la repulsa oficial de la Unión Europea y Estados Unidos, pero no se produjo un clamor de contrariedad en las calles. Aunque las huestes islamistas convocaron manifestaciones de repulsa, pronto demandaron su interrupción y llamaron al diálogo, conscientes de las debilidades internas. Hace unos días, la formación anunció la renovación de su junta directiva «para afrontar la nueva situación», postura que, sobre todo, alimenta la sospecha de disensiones ante esta etapa.

La ascensión de Kaïes Saied ejemplifica la convulsa historia reciente de Túnez. Este académico y jurista, experto en Derecho Constitucional, era un desconocido hasta su irrupción en la arena política como candidato en las presidenciales de 2019. A pesar de contar con escasos medios económicos, su agenda anticorrupción consiguió el favor de los más jóvenes y le dio la victoria. Aunque Ennahda lo apoyó en la segunda vuelta y ambos comparten posiciones sociales ultraconservadoras, su relación ha derivado en la confrontación directa.

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