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Colpisa/AFP
Bamako
Sábado, 2 de noviembre 2019, 01:01
El grupo yihadista Estado Islámico (EI) ha reivindicado este sábado en un comunicado el ataque perpetrado el viernes contra un campamento militar en el noreste de Mali, en el que murieron 53 militares y un civil, uno de los ataques más mortíferos perpetrados ... en los últimos años.
«Soldados del califato atacaron una base militar donde están estacionados elementos del ejército apóstata maliense en el pueblo de Indelimane, en la región de Menaka», indica el EI en un comunicado firmado «Provincia África del Oeste», publicado en sus canales de Telegram, y que habla «de enfrentamientos con diferentes tipos de armas».
El ataque del viernes crea interrogantes sobre la capacidad de acción del ejército maliense en esta región fronteriza con varios países, especialmente Níger y Burkina Faso, blanco igualmente de ataques yihadistas.
El sábado por la mañana, un soldado francés murió también en el noreste de Mali, cerca de la frontera con Níger, después de la explosión de un artefacto a unos 20 km de Indelimane, que fue igualmente reivindicada por el EI.
En cambio, el portavoz del estado mayor francés, el coronel Frederic Barby, dijo poco antes que no tenía «ninguna relación» con el ataque ocurrido el viernes en la misma localidad.
El asalto del viernes de Indelimane, en Ansongo, se produjo un mes después de la muerte de 40 soldados en dos ataques yihadistas el 30 de septiembre y el 1 de octubre en el sur del país, cerca de Burkina Faso, según un balance de un responsable del Ministerio de Defensa. Varias fuentes estiman que este saldo está infravalorado.
«Los terroristas perpetraron un ataque sorpresa a la hora de la comida. Vehículos del ejército fueron destruidos», declaró el sábado a la AFP un oficial del ejército maliense. Después del asalto, se halló a una veintena de supervivientes, añadió el ejército, que cuenta con «tres heridos y daños materiales».
La Misión de la ONU en Malí (Minusma) condenó «enérgicamente el ataque terrorista» y afirma que «se están llevando a cabo operaciones de seguridad en la región con el apoyo de los cascos azules». «Esta sangría que vive Malí no puede continuar. ¿Quieren que nos resignemos a este calvario?», lanzó el sábado en Bamako el imán Mahamoud Dicko, influyente religioso maliense.
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