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Goya Toledo. El Norte
«Sigo sin descartar la maternidad»

«Sigo sin descartar la maternidad»

«Claro que he notado los 50, el que diga que no siente el paso del tiempo es que es de otro planeta», declara Goya Toledo

Arantza Furundarena

Sábado, 8 de febrero 2020, 12:06

No quiero zapatos, quiero andar descalza. Necesito tocar tierra, pisar el suelo». Fue la reacción de Goya Toledo tras su primera visita a un hospital de niños con cáncer. Aquello tuvo que ver con el rodaje de la película 'Maktub', de Paco Arango. «Los niños ... estaban en sus camas, pero había también payasos y las madres no dejaban de sonreír. Se esforzaban por llenar de felicidad la tristeza y eso cambió mis esquemas», recuerda la actriz.

Hoy Goya es embajadora de la firma de cosméticos Kiehl's y asidua colaboradora de sus campañas solidarias. Entre ellas, 'Redondea sonrisas', que ha recaudado más de 42.000 euros para la Fundación Juegaterapia. «Con ese dinero –precisa la actriz–van a construir el 'Jardín de mi Hospi' en el hospital Niño Jesús de Madrid, para mejorar la vida de los pequeños enfermos de cáncer ingresados allí».

«Las situaciones extremas te despiertan facetas dentro de ti que ni conocías». Lo dice la protagonista de un filme tan intenso como 'Amores perros'. Con una parte importante de «sufridora» y «una buena dosis cómica», según reivindica ella misma, esta lanzaroteña amable, accesible y con fama de elegante, inauguró en septiembre su medio siglo de vida y reconoce entre risas que... «¡Claro que lo he notado! Pero estoy por poner un club de '¡Vamos a disfrutar!' El que diga que no siente el paso del tiempo es que es de otro planeta». Goya ha entrado con buen pie.

Está grabando una serie para Atresmedia sobre la vida y la muerte de Cristina Ortiz, 'La Veneno', dirigida por 'Los Javis'. «Me habían hablado muy bien de ellos, pero han superado todas mis expectativas. Son maravillosos. Tienen mucha confianza, escuchan, conectan, saben mirar... En el set se respira un gran respeto hacia ellos. ¡Y con lo jóvenes que son! Les auguro un futuro brutal», aventura la actriz.

Toledo también ha dejado su impronta un año más en la alfombra roja de los Goya, donde suele encabezar la lista de las mejor vestidas. Esta vez su elección incluía transparencias, brillos y hasta bolsillos. También una especie de capa de gasa que salía de la espalda en lugar de cola... «Yo apuesto por ponerme algo que me siente bien y que me guste. Si te pones lo que te recomiendan, entonces fallas. Siempre digo que quiero un traje largo, de gala y con el que pueda correr... El vestido nunca debe tapar a la persona. Pero no siempre se acierta». Lo dice la mejor amiga de Penélope Cruz, y su más reciente estilista. Bajo la marca 'Gregoria Stylist', a Goya se le atribuye la elección del ampuloso modelazo floreado de Ralph and Russo que Pe lució en la última gala.

Vida en Hollywood

Muy deportista, disciplinada, enemiga de las pieles y del maltrato animal, y 'casi' vegetariana, Gregoria Micaela Toledo Machín lleva a sus espaldas una notable trayectoria como actriz. Pero matiza: «si echo la vista atrás a veces pienso que quizás haya perdido algunas oportunidades. Mi ambición es limitada. Nunca he antepuesto lo profesional a lo personal, que para mí es el auténtico pilar de mi vida». Mantuvo un sonado romance con el actor francés Olivier Martínez y actualmente está casada con el rockero Craig Ross, guitarrista de Lenny Kravitz, lo que la obliga a vivir entre Madrid y Los Angeles. «En Hollywood puede haber mucha frivolidad, pero yo vivo ajena a todo eso, llevo una vida totalmente familiar», puntualiza.

«Lo de ser madre lo tengo clarísimo», declaraba Goya en 2012. Hoy continúa pensando igual. «Sigo sin descartar la maternidad. Y la edad… Es cómo te sientas tú. Si tienes la energía, puedes adoptar. Pero creo que si en un año o dos no pasa tomaré una decisión», declara sin entrar en más detalles.

Acostumbrada a los vuelos transoceánicos hasta el punto de llegar a considerar los aviones «un lugar para pensar», la actriz relata que estaba en casa de una amiga cuando escuchó un ruido, se asomó y vio el avión de Air Canada volando muy bajo. Goya trata de imaginar su reacción como pasajera ante una situación semejante. «Cuatro horas ahí arriba a la espera de un aterrizaje forzoso... Yo me muero, y eso que no tengo miedo a volar. No pediría un 'gin-tonic' –precisa– porque no bebo. Intentaría respirar, relajarme y no creo que llegara a caer en la histeria porque ya he vivido una situación de pánico por unas turbulencias tremendas y mi reacción curiosamente fue olvidarme de mí misma y tranquilizar a la persona que iba a mi lado, que lo estaba pasando fatal».

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