R. C.
Jueves, 21 de octubre 2021
La reina Isabel II de Inglaterra fue ingresada el miércoles por la tarde en un hospital para ser sometida a unas «pruebas preliminares», según informó anoche el Palacio de Buckingham. La monarca, de 95 años, fue dada de alta ayer «a la hora del almuerzo» ... y regresó al castillo de Windsor, donde se encuentra de «buen humor». El jueves por la tarde, según Reuters, volvió al trabajo de forma liviana.
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En el centro sanitario, la reina ha sido atendida por especialistas y se le han realizado «investigaciones preliminares», tras lo que ha regresado a Windsor «de buen humor». Su ingreso no ha estado relacionado con el coronavirus, según la cadena BBC.
Esta misma semana, los médicos aconsejaron a la reina que anulara el viaje que tenía previsto realizar a Irlanda del Norte y descansara unos días. Isabel II tenía previsto participar el miércoles en un acto religioso del centenario de la creación del todavía conflictivo territorio británico. La reina, de 95 años, decidió «renuentemente» seguir el consejo de sus médicos, que han recomendado «reposo durante los próximos días».
También hace una semana las cámaras de televisión filmaron a la reina caminando con la ayuda de un bastón -era la primera vez que aparecía así en público, según señalaron los corresponsales palaciegos- , aunque el martes atendió en aparente excelente forma a un grupo de inversores en su fortaleza de Windsor.
A pesar de su edad, de la muerte de su marido Felipe en abril y de la pandemia de covid-19, Isabel II, que el próximo año cumplirá 70 años como monarca, ha seguido asistiendo incansablemente en los últimos meses a actos públicos. El martes mismo estuvo presente en una recepción oficial en Windsor al empresario Bill Gates y al enviado estadounidense para el clima, John Kerry, en la que también participó el primer ministro británico, Boris Johnson.
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Está previsto que la monarca asista a los eventos relacionados con la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2021 en Glasgow a finales de este mes.
Se ha especulado en repetidas ocasiones sobre una posible jubilación, especialmente tras la muerte en abril de su inseparable marido a los 99 años. Pero la jefa de Estado de 16 países continúa con una atareada agenda. Si bien ya no se desplaza al extranjero, donde la representa su hijo y heredero, el príncipe Carlos, participó en la cumbre del G7 en junio, otorga condecoraciones y recibe a los nuevos embajadores en el Reino Unido, a veces por videoconferencia.
El martes, la revista británica 'The Oldie' indicó que la reina había rechazado un premio que ese medio otorga cada año a una persona de edad avanzada. «Su Majestad piensa que uno tiene la edad que siente y, en consecuencia, cree que no cumple los criterios para aceptarlo», indicaron sus servicios de prensa en la carta para declinar el galardón.
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