Arantza Furundarena
Sábado, 4 de junio 2022, 00:11
Una lesión en el sóleo, el músculo situado debajo de los gemelos, ha sacado a Paula Badosa de la pista del Roland Garros y ha retrasado su sueño de alzarse con un Grand Slam. Pero a sus 24 años, la tenista sabe muy bien lo ... que tiene que hacer. Es lo que ella recomienda a Carlos Alcaraz, eliminado del mismo torneo por el alemán Zverev: «Hay que refugiarse en el entorno». Ese es el mantra con el que esta neoyorquina de raíces catalanas conjura la tremenda presión que sufre todo deportista de élite y que en otro tiempo amenazó con desbaratar su salud mental. Tampoco descarta volver a la meditación... «Peco de ser algo hiperactiva –ha confesado– y meditar me ayuda».
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La moda, la razón por la que sus padres, ambos modelos, se encontraban en Manhattan cuando ella vino al mundo, pasa por ser otra de las aficiones de Paula. Pero ella lo matiza. «Realmente la moda no me gusta demasiado. Un día no me importa, pero también me parece un trabajo duro. Me quedo con el tenis». Sin embargo su 1,80 de estatura, su larga melena rubia, su fotogénico rostro y un cuerpo escultural hacen que las firmas de productos de belleza se la rifen.
Tras disputar el Open de Madrid y el Masters de Roma y justo antes de partir hacia París, la número cuatro del mundo posaba para la firma Arkopharma como embajadora de 'Forcapil', un tratamiento para mejorar la salud del cabello que ha encontrado en la tenista un símbolo de fortaleza. «Mi pelo es una parte importante de mi imagen –afirma Paula– y entre la fricción de las gorras, las gomas tirantes y el sudor, sufre mucho. Por eso necesitaba un aliado para mantenerlo en forma».
La niña que soñaba con ser como María Sharapova («por su saber estar dentro y fuera de la pista y por su imagen impecable») ha cumplido muchos sueños. Pero aún tiene pendiente el más importante: «Ganar un Grand Slam». Ya tiene uno, el Roland Garros, pero en la categoría Junior. De su infancia en Nueva York no guarda muchos recuerdos. «Era muy pequeña y me acuerdo de alguna cosa pero muy vagamente». Sí admite haber sido una cría muy inquieta. «Siempre quería estar haciendo cosas pero al mismo tiempo era muy buena».
Cuando en 2021 se proclamó campeona de Indian Wells, convirtiéndose en la primera española que ganaba el codiciado torneo californiano, Paula escribió en sus redes: «Nunca dejéis que nadie os diga que no podéis lograr algo». Un año después, la tenista explica que «cuando eres una persona con exposición pública, mucha gente te dice lo que puedes, debes o tienes que hacer y lo que no, aunque no le pidas su opinión. Seguramente lo que hacen es proyectar sus propios miedos e inseguridades y terminan transmitiéndotelas». Es evidente que habla por experiencia... Pero prefiere no ser muy precisa. «Puede que me haya encontrado algunas personas así en el camino», insinúa.
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No es un secreto que, tras un arranque espectacular, la tenista pasó unos años difíciles y llegó a sufrir una depresión, desbordada por las expectativas que había generado. Hoy, el caso de Alcaraz, otro 'niño prodigio' del tenis al que se compara ya con Rafa Nadal, recuerda un poco al de Paula... «La presión y las expectativas es algo muy complicado de gestionar cuando llegas a ciertos niveles –afirma Badosa–. Ahora, por el momento que está viviendo Alcaraz puede empezar a sentirlo». Sin embargo, Paula cree que el murciano cuenta con un buen entorno que puede apoyarle en el proceso. «El consejo que le daría es que si siente que su entorno le apoya, es ahí donde debe refugiarse».
Es lo que hace la tenista en el momento presente. Y en ese buen entorno entra, además de su familia y preparadores físicos, su novio, el cubano Juan Betancourt, modelo y flamante campeón de la última edición de 'El desafío' de Antena 3. Próximos a cumplir un año juntos, la pareja es muy discreta a la hora de hacer declaraciones sobre su relación (Paula no responde a las preguntas relativas a su novio), sin embargo se muestran mucho más explícitos en las redes... «¿Y ahora dónde voy yo de luna de miel?», le preguntaba Betancourt en su Instagram a su chica tras haber viajado juntos a las Maldivas... «Algún sitio pensaremos», respondía ella.
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Carla Suárez opina que Badosa podría llegar a número uno del mundo antes que Alcaraz. Ella se sacude la presión. «Ni me lo planteo. Mi objetivo es intentar avanzar lo máximo posible en cada torneo y disfrutar del proceso». Reconoce que el tenis masculino cuenta con una mayor difusión que el femenino. «Pero aquí es entendible –razona– porque tenemos a alguien como Rafa, que ha conseguido cosas de superhéroe».
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