Más perchas para Joan Collins
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El hotel Valparaíso ha alojado estos días en Palma a la actriz británica, así como a Carmen Electra y Dita von Teese, invitadas a una fiesta benéficaArantza Furundarena
Sábado, 7 de agosto 2021, 00:21
Siete metros lineales de armarios roperos por lo visto no son suficientes para albergar el vestuario de Joan Collins para un par de días, así que sus asistentes se vieron obligados a solicitar algún perchero extra... Y eso que la actriz solo permaneció una noche ... en la suite presidencial del hotel GPRO Valparaíso Palace, el cinco estrellas que se asoma desde un privilegiado promontorio a la bahía de Palma y que durante años fue el refugio mallorquín de Julio Iglesias. Collins no fue la única estrella de la rutilante fiesta benéfica celebrada el jueves en la finca Son Amar. La acompañaron, entre otras famosas, Carmen Electra, Dita Von Teese, Mónica Cruz y Hayley Hasselhoff, modelo 'curvie' e hija del famoso protagonista de 'El coche fantástico'.
Poco antes de las nueve de la noche, una despampanante rubia envuelta en un espectacular vestido rojo de gasa atravesaba el hall del hotel Valparaíso, muy segura de sí misma y con el rostro descubierto... Era nada menos que la ex 'vigilante de la playa' Carmen Electra. «Por favor, señora, póngase la mascarilla», le indicaron amablemente en inglés desde recepción. Pero ella, sin cortarse un pelo, respondió que no quería arruinar su maquillaje. Al final, ante la insistencia, y por el bien de la humanidad, terminó cediendo.
Este legendario hotel de Palma tiene una experiencia de décadas en cuanto a clientela ilustre. Aquí Julio Iglesias pedía mariscadas a las cuatro de la mañana, Demis Roussos se zampó dos chuletones de una sentada y Hasán II llegó a darle una propina de 150.000 pesetas (de las de antes) a un camarero... Desde Isabelita Perón a Farah Diva, pasando por Cassius Clay, Sting, Maradona y Lola Flores, las celebridades que se han alojado en el Valparaíso son incontables. Podría decirse que su personal, siempre amable y atento a las necesidades de sus huéspedes, ya lo ha visto todo... Pero les faltaba asistir al despliegue de los preparativos de la Remus Charity Night, la fiesta organizada el jueves en Palma por un magnate alemán del sector inmobiliario.
Varias salas del hotel fueron reconvertidas en departamentos de peluquería, maquillaje y sastrería, lo que obligó a instalar una potencia eléctrica adicional para los secadores y las planchas de pelo. Y, lo más llamativo de todo, en un apartado del amplísimo 'lobby' se habilitó una zona de pruebas PCR, porque para asistir a esa fiesta y codearse con la Collins era imprescindible presentar un test de covid negativo.
Además de los 'burros' para organizar un vestuario que ni el de la Piquer, los hiperactivos asistentes de la actriz británica, conocida mundialmente por haber interpretado a la pérfida Alexis Colby en la serie 'Dinastía', pidieron para su habitación más papeleras, abundantes dispensadores de 'kleenex' y mucho gel hidroalcohólico. Modestas exigencias comparadas con las de ciertas estrellas del rock. Discreta y educadísima, pero estrellona al fin, la reina del burlesque Dita von Teese mandó planchar en un solo día 19 vestidos. Pero eso sí, al contrario que la mayoría de los famosos, siempre asiduos al 'room service', ella bajaba cada mañana a desayunar con el resto de los clientes. Y de punta en blanco, como si fuera a una cena.
Toni Ferrer, director general del GPRO Valparaíso Palace y miembro de Essentially Mallorca, asociación de hoteleros y empresarios del lujo balear, insiste en que las estrellas «dan muy poca guerra. Son más temibles sus asistentes». Su hotel, que en toda la pandemia no ha registrado «ni un solo contagio», ha experimentado un incremento de reservas con respecto al verano pasado, pero al igual que el resto de la isla no superará el 60% de ocupación. «Se nota un turismo distinto -asegura-, la gente viene con ganas de vivirlo todo, de gastar y de olvidar un poco lo que está pasando». La imagen de Carmen Electra, atravesando el lobby dispuesta a comerse la noche, era el ejemplo perfecto.
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