¿Quién quiere millones de chatarra si puede tener al lado un buen diamante? Esta pregunta bien podría hacérsela Agatha Ruiz de la Prada, que por una cosa u otra se está convirtiendo en un personaje ya asiduo del papel couché. Luis Gasset ... , un alto ejecutivo especializado en lujo que se ha codeado con la jet set internacional y los royals desde sus cargos en Bulgari, Loewe y Qatar Airways, acaba de desembarcar en el corazón de la diseñadora del color. También en Ansorena, como director general. Y ha hecho olvidar a Agatha al conocido como rey de la chatarra, Luis Miguel Rodríguez. Si alguien tiene que coronar a la diseñadora que sea Gasset, que en Ansorena vaya si lo saben hacer.
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Esta firma de joyería, a la que le avalan sus más de 150 años de historia, fue de lo más 'googleado' cuando '¡Hola!' descubrió este miércoles junto a una sonriente Agatha a un apuesto caballero. Se ve que la diseñadora, que ha hecho de los corazones su seña de identidad, tiró de uno de los 70.000 contactos de su fichero para no estar sola. Nunca lo está. No lo quiere estar. «Si supiera estar sola, me habría hecho pintora, no diseñadora», dijo hace unos días en una charla con este periódico.
Y aunque esta marquesa de título con tratamiento de grande de España no es muy amiga de coronarse -aunque sí se la ha visto con todo tipo de artilugios de colores en su cabeza-, ha de saber que Ansorena, donde su ahora acompañante corta el bacalao, es de las pocas joyerías con catálogo propio de tiaras. Por ejemplo, la que aparece en esta información, realizada en oro blanco y decorada con 450 brillantes y diez perlas, así como una flor de lis que hace a su vez las funciones de broche, puede ser adquirida por unos 50.000 euros. Esa fue la cantidad que desembolsó en su día don Felipe, hace algo más de una década, para agasajar a doña Letizia por su quinto aniversario de boda. Se la ha bautizado coloquialmente como la tiara princesa. Pero en la web hay más. Hasta una decena de modelos para que cualquier mujer se sienta como una reina.
La historia de Ansorena está unida con la realeza española desde 1860, cuando fue designada «joyería y diamantista de la Real Casa». Su consagración llegó, no obstante, con motivo de la boda en 1906 de Alfonso XIII con Victoria Eugenia, sí, con la reina que empezó a aunar el conocido lote de 'joyas de pasar'. Y ahí, en ese joyero, está la gran 'obra' de Ansorena, la tiara flor de Lis -que luce en la imagen de arriba doña Letizia y que solo las reinas pueden usar-, así como el collar de chatones. Y tras mucho danzar por la vida, parece que también en Ansorena Agatha ha encontrado su diamante.
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