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El diseñador Ángel Schlesser. a. a
«No recuerdo la última prenda que hice, tal vez esté por llegar»

«No recuerdo la última prenda que hice, tal vez esté por llegar»

Puntadas con hilo ·

Ángel Schlesser, detractor de lo superfluo, apuesta por la belleza y la practicidad en su estreno en ARCO

Domingo, 11 de julio 2021, 00:31

Los Reyes, doña Letizia vestida cual lienzo en blanco, inauguraron, como viene siendo habitual, la 40 edición de la feria de arte contemporáneo ARCO, ubicada en Ifema. Un lugar que conoce como la palma de su mano Ángel Schlesser (Santander, 1957), que a buen seguro ... aprobaría el depurado estilismo de su majestad. Allí fue donde mostró durante décadas sus colecciones de moda, hasta septiembre de 2016, cuando el 'ángel' de las pasarelas sorprendió con su ausencia. Un lustro después, regresa con su verdadera pasión, el mueble de diseño, del que ha hecho oficio. «El interés creo que es innato, no recuerdo un momento de iluminación ni nunca pensé en hacer de ello una profesión», comenta en una entrevista con este periódico.

La propuesta para la sala de la Fundación ARCO se llama 'El salón de un coleccionista'. «Trata de recrear con una selección de los fondos de la colección ARCO un espacio habitable, creíble y elegante». Para ello, además de las piezas de Galería A, su actual proyecto, cuenta con la ayuda de Gancedo, especialista en selectas telas y papel pintado, «junto a quien hemos diseñado un sofá modular y unas butacas», apunta Schlesser, que también colabora con Vbospagna para las lámparas e iluminación.

'El salón de un coleccionista', propuesta de Schlesser en ARCO. r. c.

Observando el espacio, es fácil adivinar su debilidad por las piezas de los años 50 y 60, no solo de las originarias de Escandinavia, por las que siente predilección, «también en Francia e Italia fueron décadas fantásticas». «Mi preferencia por lo nórdico viene por su conjunción de belleza y practicidad y por el no exceso de ornamentación», arguye Schlesser, que también huía de los excesos en su etapa como modista. En ambos casos, apuesta por piezas «que nos facilitan la vida y han de ser útiles y bellas, bien pensadas, diseñadas y realizadas».

Su pasión por el arte contemporáneo no le ha llevado a ser coleccionista, para eso «hay un trecho». Algo que no le resta sensibilidad para apreciar piezas únicas, como una pareja de sillones brasileños MP-13 de Percival Lafer que acogió en su galería y que considera que son las más valiosas que han pasado por su espacio, «no por su valor económico, sino por la dificultad de encontrarlos». En líneas generales, siente predilección por las mesas de apoyo versátiles, «que pueden servir desde escritorio hasta comedor ocasional» y por «los 'cabinet' de almacenamiento». Sin embargo, desterraría de cualquier hogar «un mueble que sea solo decorativo», siguiendo los valores que le acompañaron en su trayectoria en la industria textil, a la que no piensa actualmente en volver.

Imagen de un desfile de Ángel Schlesser. a. a.

Preguntado por si echa de menos algo de aquellos años, se muestra tajante. «En realidad, no. Lo que podía echar de menos es a la gente magnífica que conocí, pero la sigo disfrutando». Lo que no quita para que siga recordando «perfectamente» la primera prenda que diseñó ya con intención comercial: «Un traje de baño».

«Antes ya me diseñaba ropa para mi propio uso. Sin embargo, no recuerdo la última que confeccioné... tal vez esté por llegar», porque lo que no pasa por su cabeza de esteta es volver a cambiar de sector -antes de la moda trabajó en banca-. Si decidiese dejar apartado el mundo del mobiliario, se dedicaría a «vivir la vida», comenta entre risas. «No, en serio, espero que esta sea mi última dedicación profesional».

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