Leticia Sabater reaparece en un cuartel de la Guardia Civil

A media tarde del lunes, 4 de enero, y después de varios días «desaparecida» -por la numerosa prensa congregada a las puertas de su casa- Leticia Sabater salió enfadada y apresurada de su domicilio. Evitando dar una explicación a la fiesta ilegal de Fin de Año, la presentadora rompió su silencio para decir «lo siento, de verdad, pero no voy a hacer ninguna declaración. Es un asunto personal». Insistiendo en «no quiero hablar más», la madrileña confesaba que «desde luego» que lo está pasando mal con todo esto y sentenciaba con un «que digan lo que quieran» a las informaciones que aseguran que ella estuvo en la fiesta.

Posteriormente, Leticia se desplazó al cuartel de la Guardia Civil donde, sin dudarlo, se bajó la mascarilla para mostrar las llagas que le han salido en los labios por toda esta polémica, de la que se ha convertido en protagonista. Unas secuelas físicas que demuestran cómo lo está pasando: «Mírame la boca. Llena de heridas. Suficiente».

Después de varias horas en las dependencias de la Guardia Civil, Leticia salió bastante seria y sin querer confirmar si había prestado declaración por la fiesta ilegal celebrada en su chalet o si, por el contrario, había puesto alguna denuncia por lo sucedido. Con un «lo siento, de verdad, pero estoy muy cansada», la cantante de la «Salchipapa» evitó contar qué le había tenido toda la tarde en Comisaría.

«Estoy muy cansada. Llevo cuatro horas hablando», desvelando sin proponérselo que había estado declarando como propietaria de la vivienda.

Sin embargo, y pidiendo perdón con las manos, Leticia ha preferido no confirmar o desmentir si es cierto que estuvo en la fiesta ilegal unas horas, si los inquilinos le dejaron cuantiosos destrozos o si cobró 6000 euros por alquilar su chalet para el multitudinario y comentado cotillón de Nochevieja.