Justin Bieber se lio con las drogas a los 13 años

Fue entonces cuando comenzó mi deseo de fumar hierba, y me aficioné». No solo eran porros. También consumía pastillas de MDMA, setas alucinógenas y jarabe para la tos, un medicamento que está compuesto de altas dosis de codeína. Todas estas revelaciones figuran en el documental sobre su vida titulado 'Justin Bieber: Seasons'.

Llegó un momento en que el artista, que en marzo cumple 26 años, creyó morir. Sin ser demasiado consciente de lo que le ocurría, su equipo de seguridad comprobaba todas las noches que seguía con pulso. Lo que empezó como una forma de entretenimiento, una manera de arriesgar y coquetear con el peligro, se tornó en algo muy serio. Era un adicto en toda regla. «Empecé a depender realmente de eso y fui consciente de que tenía que parar», admite.

Como muchas personas de la industria musical, Bieber se adentraba en un terreno desconocido, aunque con el agravante que procura la fama. «Además, tenía mucho dinero y muchas cosas». Cuando fue consciente de la vorágine en la que se había metido, dejó de consumir drogas y comenzó a tomar antidepresivos, lo que le ayudó a «levantarse de la cama cada mañana».

Quien hoy es su mujer, Hailey Baldwin, de 23 años, se convirtió en su tabla de salvación. Le llegó a plantear un desafío: si quería estar con ella, debía estar limpio. No lo dudó. Después de mucho esfuerzo, ha superado la dependencia. Y para no recaer, el cantante dispone de una cámara hiperbárica en su casa que le aporta oxígeno puro dentro de una cápsula presurizada en la que se introduce. Su salud es delicada: el canadiense padece la enfermedad de Lyme, una infección bacteriana que se adquiere por la picadura de una garrapata infectada. Además, ha sufrido un episodio de mononucleosis crónica que ha afectado a sus funciones cerebrales.