Isabel Pantoja emprende un nuevo vuelo

Tras años difíciles en lo personal y laboral Isabel Pantoja regresa a los escenarios este viernes en el Wizink Center de Madrid, una cita en la que se juega mucho: su futuro profesional.

Han sido años difíciles para Maribel como la llaman en casa, retoma los escenarios con una nueva Isabel, más delgada, un favorecedor bronceado y una imagen renovada en la que presume de melena rizada y cejas arqueadas y pulidas.

Isabel Pantoja trata de pasar página. Retoma los escenarios con un concierto en el que este miércoles aún le quedan entradas por vender. Isabel tiene una nueva actitud ante la vida en la que parece que la bata ce cola no tiene cabida.

Sin saber aún si tendrá éxito o no el concierto, Isabel es consciente de que tiene otra bala en la recámara que no puede desaprovechar: la televisión, concretamente el programa de talentos infantiles «Idol Kids«, del que será jurado.

Desde que firmara con Mediaset un contrato que le llevó al programa de telerrealidad «Supervivientes«, Isabel Pantoja se presentó al público más humana y espontánea, lista para hincar el diente a una nueva etapa profesional ligada a la televisión que le ha permitido estar en el candelero.

Se ha cerciorado de que su público está con ella, que la televisión la adora a ella y a su familia, desde sus hijos hasta su nuera pasando por su sobrina. Todos juntos han decidido meter su pasado en una mochila y emprender un nuevo viaje profesional para nutrir a una audiencia ávida de noticias rosas.

Isabel Pantoja se siente fuerte, segura con ganas de volver a los escenarios tras su experiencia en la cárcel. La vida de esta folclórica no ha sido fácil. Sonrisas y también muchas lágrimas. Con solo 7 años pisó por primera vez un escenario. Con 15 años, tras fallecer su padre, Juan Pantoja, se puso al frente de su familia para sacarla adelante.

Cantó en muchos tablaos hasta que llegó a Madrid. Se dejó la piel en el Corral de la Morería, donde triunfó con diversos espectáculos, pero no fue hasta 1982 cuando con su disco «Amante, amante» logró su primer gran éxito.

Su mirada chispeante conquistó al torero Francisco Rivera, Paquirri, con quien se casó en 1983, una boda de cuento de hadas que idealizaba en una España de tradición el mito del torero y la tonadillera.

Poco duro la felicidad. Año y medio después Paquirri murió en Pozoblanco, esa fatal cornada del toro Avispado, convirtieron a esta folclórica en la 'viuda de España'.

Como si fuera Bernanda Alba, se encerró junto a su bebé, Kiko, de tan solo siete meses y su familia. Poco más de un año después, volvió a los escenarios con un nuevo disco dedicado a su marido, «Marinero de luces», del que se vendieron más de un millón de copias.

Le siguieron discos como «Desde Andalucía» (1988) o «Se me enamora el alma» (1989). También debuta en el cine como «Yo soy esa» (1990) o «El día que nací yo» (1991).

Sus éxitos profesionales se fusionaron con su vida privada en los periódicos y prensa del corazón: su viudez, sus nuevas amistadas, los enfrentamientos con su familia política por la herencia de su marido la pusieron en el ojo del huracán.

Vaivenes que calmó con la adopción de su hija, Isabel, en Perú. Una época en la que esta cantante de copla, que era amiga de María del Monte, se centró en su carrera y en la educación de sus hijos.

Unos hijos que le han dado mucho amor, pero también han sido hijos díscolos que han narrado sus desencuentros familiares por capítulos en programas y portadas que aún perduran.

Kiko e Isa, sus dos hijos, están a la greña, viven permanentemente en una pelea que sin pudor muestran en televisión, una situación que ahora parece más tranquila y dulce.

Pero Isabel Pantoja no se amilana, siempre ha sido leona emprendedora, fue cantante pionera en arrancar negocios de hostelería, puso en marcha un restaurante «Cantora« con su plato estrella, »pollo a la Pantoja«.

De la noche a la mañana esta cantante se convirtió en simplemente en 'famosa' cuando se hizo pública su relación con el entonces alcalde de Marbella Julián Muñoz hasta que con él llegó la caída de la artista, una etapa negra.

Ahora, Isabel Pantoja, como el ave fénix, despliega sus alas y emprende un nuevo vuelo, vuelve a los escenarios reinventada