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Bill Gates.
¿Por qué famosos como Miguel Bosé o Bunbury acusan a Bill Gates de querer dominar el mundo?

¿Por qué famosos como Miguel Bosé o Bunbury acusan a Bill Gates de querer dominar el mundo?

Una teoría de la conspiración vincula al magnate con la Covid-19

SARA BORONDO

León

Jueves, 18 de junio 2020, 19:23

La vacuna frente a la Covid-19, chips implantados en las personas para controlarlas, las antenas 5G y el fundador de Microsoft (Bill Gates), se han mezclado en una teoría de la conspiración que parece procedente de una película de serie Z. Con todo, ... ha movilizado a no pocas personas este fin de semana, al celebrarse una manifestación en distintos puntos del planeta (incluido Madrid) para que Gates fuese encarcelado.

Gates es una víctima habitual de las teorías de las conspiración. El responsable del éxito de Microsoft desde la década de los 80 (gracias a los sistemas operativos MS-DOS y Windows) dejó a un lado la gestión de la compañía en 2008 para dedicarse por completo a la Fundación Bill y Melinda Gates, que tiene fines benéficos y ha destinado miles de millones de dólares a, entre otros proyectos, la lucha contra el sida y el fomento de las tecnologías de la información en los países subdesarrollados.

Estos grupos conspiranoicos siguen la teoría de un vídeo de youtube en el que se afirmaba que el objetivo de Gates al subvencionar la investigación frente a la Covid-19 es la inclusión de microchips en una posible vacuna. Estos servirían para controlar en todo momento a sus portadores, rastreando sus movimientos e incluso controlando la natalidad de los países en desarrollo. Semanas antes de que la conspiración se centrase en la vacuna, la empresa analista Zignal Labs avisó de una posible campaña en Internet (Facebook y Youtube sobre todo) asociando a Bill Gates con la creación y expansión de la Covid-19. Según Zignal Labs, todo comenzó con un vídeo de una cuenta vinculada a QAnon, un grupo dedicado a crear teorías conspiratorias.

Como suele suceder con estas hipótesis, se parte de hechos reales a los que se da una interpretación retorcida. Entre los argumentos que utilizan los que pretenden convertir al fundador de Microsoft en el nuevo eje del mal está una conferencia TED que pronunció en Vancouver en 2015 (año en que uno de los temas de actualidad era el virus Zika) en la que afirmó: «Si algo mata a más de 10 millones de personas en las próximas décadas es más probable que sea un virus infeccioso que una guerra». Dicha alerta partió también de distintos ámbitos de la investigación médica.

En España la teoría de la conspiración más reciente sobre Gates y la Covid-19 cobró fuerza hace unos días mediante un hilo en el perfil de Twitter del cantante Miguel Bosé, con comentarios a un vídeo del presidente del Gobierno. Pedro Sánchez se ratificaba en la necesidad de encontrar una vacuna para hacer frente al virus y destacaba la importancia de que fuera «accesible para todos». Al tiempo, Sánchez anunciaba que España aportará 50 millones de euros para que la farmacéutica GAVI «pueda seguir realizando su labor durante los próximos 5 años y logremos así inmunizar a 300 millones de niños y niñas».

El primer tweet del cantante de «Seré tu amante bandido» comenzaba así: «GAVI, para quien no lo sepa, es propiedad de Bill & Melinda Gates, los especialistas en vacunas fallidas que tantas víctimas han causado alrededor del mundo. India les ha expulsado y denunciado. África aún acarrea sus consecuencias. Kenia ha destapado sus atrocidades». El hilo se componía de cinco mensajes en los que Bosé acusaba a Gates de «eugenésico» y de tener un plan para elaborar vacunas «que portasen micro chips o nano bots, para obtener todo tipo de información de la población mundial con el solo fin de controlarla», y afirmó que a esas vacunas «se les podrían añadir también diversos metales aún más tóxicos de los que ya incluyen».

Una vez acabada la fase de vacunación, proseguía el cantante de «Don Diablo», e implantada la red 5G «seremos borregos a su merced y necesidades». También acusaba a Sánchez, al que apodaba «El Salvador», de ser cómplice de este «plan macabro y supremacista» y acababa afirmando: «YO DIGO NO A LA VACUNA, NO AL 5G, NO A LA ALIANZA ESPAÑA/BILL GATES. #YoSoyLaResistencia» (sic).

Campaña contra Gates.

El pasado domingo se sumó a esta tesis el también cantante Enrique Bunbury, quien subió a sus redes sociales una imagen de un cartel de la campaña contra Gates. En la edición mexicana de la revista GQ, el aragonés afirmaba: «La situación actual se dio con la finalidad de crear un pánico y generar una necesidad», junto a otras declaraciones contra el fundador de Microsoft como «Una cosa son los intereses y los pensamientos de Bill Gates y de la OMS y otra cosa son los derechos individuales de cada país». Acababa diciendo que cada país debe tomar sus propias decisiones «para ser independientes de lo que quieren tanto Gates como la Organización Mundial de la Salud».

En otro punto de la entrevista, al preguntarle qué haría si fuera obligatoria una vacuna que consistiera en un microchip bajo la piel que pudiera suponer un control, el antiguo cantante de Héroes del Silencio respondió: «Dejar que las decisiones médicas las tomen gobiernos o instituciones por encima de la gente es extremadamente peligroso, no es recomendable, no sé a quién se le ha ocurrido, pero tira por tierra todos los derechos constitucionales del planeta». Al preguntarle si el presidente estadounidense, Donald Trump, actuó correctamente al sacar a su país de la OMS, Bunbury responde: «Claro, y no quiero hablar de forma general, pero particularizando solo por una vez y que no se haga costumbre, estoy de acuerdo en algo con Trump».

Estas dos posturas marcadas por personajes conocidos no tienen ninguna relevancia en cuanto a las personas que las han manifestado, ajenas al ámbito científico, pero sí tienen numerosos seguidores en las redes sociales (tres millones en el caso de Bosé) por lo que han servido de altavoz a estas teorías que están llenas de falsedades.

El vídeo de Sánchez que publicó Bosé sobre la donación de España se refería a los objetivos de Gavi para los próximos años de vacunación infantil, con un coste previsto de 7.400 millones de dólares estadounidenses y que se calcula salvarán de la muerte a 8 millones de personas.

Gavi, The Vaccine Alliance (la Alianza para la Vacunación, en español) a la que ataca el cantante no es una empresa farmacéutica, sino una alianza para vacunar a niños de todo el mundo, sobre todo de países en desarrollo. Fue fundada en 2000 como sucesora de la Iniciativa de Vacunas Infantiles y fue entonces cuando la Fundación Bill y Melinda Gates contribuyó con 750 millones de dólares para el suministro de vacunas a los niños de los países en desarrollo. Actualmente la Junta que la gobierna está presidida por Ngozi Okonjo-Iweala y la componen 28 miembros, 10 de ellos independientes y el resto en representación de distintas organizaciones o países. Uno de ellos, Orin Levine, pertenece a la Fundación Gates.

Las acusaciones de Bosé tampoco coinciden con lo que sostiene la propia OMS. En febrero de 2014 la directora general de la Organización pronunció un discurso en el acto de celebración del triunfo de la India contra la poliomielitis. Gavi tampoco ha sido expulsada del país asiático, según indicaba la semana pasada la página especializada en desmontar bulos maldita.es, donde se afirmaba que el 14 de mayo el gobierno de la India emitió una nota de prensa en la que explicaba que el primer ministro, Narendra Modi, había mantenido una conferencia con Bill Gates para pedir una colaboración global en innovación científica e I+d para combatir la pandemia y agradecer el trabajo que la Fundación Gates realiza en India (sobre todo en Bihar y Uttar Pradesh). Según informa Maldita.es, este bulo circula desde 2017, cuando el gobierno indio lo desmintió en un comunicado.

Sobre las vacunas fallidas, el antivacunas y sobrino del ex presidente de EE.UU. J.F. Kennedy alega que han causado una epidemia de parálisis flácida aguda no poliomielítica (NPAFP). La OMS afirma que la vacuna contra la poliomielitis es «segura y eficaz», aunque reconoce que en ocasiones «extremedamente infrecuentes el virus atenuado de la vacuna antipoliomielítica oral puede mutar y tornarse de nuevo virulento». La revista alemana Correctiv ha publicado un artículo sobre estos casos y remite a un estudio de 2018 que especula que puede existir correlación entre la administración de las vacunas de la polio y estos casos, ya que las cifras de esta FPAFP crecieron hasta 2011 (año en que se produjo el último caso de polio en la India), y descendieron desde esa fecha, junto a la reducción en las vacunaciones.

La vacuna del virus del papiloma humano (VPH) también está en el punto de mira de los antivacunas, y se la relaciona con la muerte de siete niñas vacunadas en India, pero maldita.es se refiere a fuentes que demostraron que cinco de las muertes no estaban vinculadas con la vacuna y las otras dos es «muy improbable» que lo estén. Las OMS asevera que la vacuna del VPH es «extremadamente segura». El Comité para la Evaluación de Riesgos en Farmacovigilancia europeo concluyó en un informe en 2015 que no hay evidencia de que esta vacuna provoque los dos síndromes a los que se la ha asociado: de dolor regional complejo y de taquicardia postural ortostática.

En cuanto a la introducción en el cuerpo de microchips, actualmente solo se lleva a cabo en aquellas personas que quieren utilizar tecnología como parte de su organismo y funcionan a través de proximidad, como si se tratase de una tarjeta «contactless». También se insertan microchips en algunas mascotas para averiguar quién es su dueño, pero en ningún caso es posible realizar un seguimiento de los movimientos (sea o no a través de 5G).

La conexión con el 5G parte de otro vídeo, en este caso protagonizado por un supuesto médico, Thomas Cowan, quien explica que la pandemia del Covid-19 ha sido causada por el 5G y que cada epidemia de la historia de la Humanidad ha sido provocada por un salto «cuántico» en la electrificación de la tierra. En este caso se trata de una serie de afirmaciones que suenan bastante disparatadas y no tienen ninguna base científica. Ni siquiera hay evidencias de que los campos electromagnéticos afecten a la salud. No obstante, esta idea también ha llegado a ciertas zonas: el pasado mes de abril se produjeron varios ataque a antenas 5G en el Reino Unido por considerar que las ondas electromagnéticas que emiten son las responsables de la mutación del coronavirus de animales a seres humanos.

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