Expulsión, agobios y arrumacos en 'Masterchef'

Pero, como dice el refrán, 'donde las dan, las toman', y la venganza en este programa se sirve en plato frío. Una vez atendidas las plegarias los ofendidos debía hacer la compra a sus detractores, y ahí surgieron las represalias. En general, «todos se han portado muy bien», dijo Samantha, salvo Iván y Andy que no se soportan. El dúo trató de perjudicarse al máximo con una cesta de alimentos mal avenidos, casi tanto como ellos.

En esta ocasión la batalla la ganó el abogado, que fue elegido el mejor de todos, mientras su máximo contrincante quedaba en último puesto. El reto consistía en aplicar el denominado 'batch cooking', o lo que es lo mismo cocinar la comida para los cinco días de la semana y congelarla por lotes. Ana fue la que más destacó y su plato aparecerá durante toda la temporada en la carta del Restaurante MasterChef de Madrid.

Un vuelo a Gran Canaria alteró el escenario del concurso. En la isla los participantes conocieron las únicas plantaciones de café que existen en toda Europa y las ubicadas más al norte del mundo. En el Valle de Agaete y divididos en dos equipos debían elaborar un menú basado en la gastronomía canaria para sesenta productores de café. Y lo hicieron liderados por un único capitán, Andy.

El joven empezó apoyando más al equipo azul, compuesto por Michael, Teresa, Luna y José Mari, enfadando notablemente a sus contrincantes, Iván, Alberto, Teresa y Luna. Pero Andy no calibró bien su estrategia y acabó superado por la situación. La tensión con los azules era evidente –«voy a pensar que en realidad quieren ponerme la zancadilla», pensó en alto Andy- y agobiaron de tal manera al capitán que Pepe y Jordi decidieron dar 'un golpe de Estado' y destituir al abrumado líder.

«Como capitán has sido un desastre», valoraron los expertos condenándolo a la prueba de eliminación. Le acompañaron Ana e Iván, «por vuestra pasividad», dictaminó Jordi, y José Mari, Teresa y Luna, de cuyo grupo solo se salvó Michael. La prueba de exteriores sirvió también para descubrir que la relación entre Luna y Alberto parece que va intensificándose. «Ha habido arrumacos en el sofá», admitió ella muy sonriente.

El el duelo final debían trabajar con diez ingredientes para hacer un plato de vanguardia con espesantes y texturizantes. Teresa se lió con sus recetas y no convenció al jurado. «A tu plato le falta mucha finura. Es un batiburrillo para la vista y para el paladar», valoró Samantha antes de expulsar a la economista catalana.