Carlota Casiraghi siempre es noticia, aunque su vida sea un misterio

Tiene sangre azul, pero no es princesa. Si algo caracteriza a Carlota Casiraghi es la discreción. Famosa desde su nacimiento -el próximo 3 de agostó cumplirá 34 años- ha copado cientos de páginas de sociedad y revistas del corazón, muy a su pesar.

Aunque, para algunos resulte desconocido, Carlota Casiraghi también está presente en las secciones de cultura, gracias a su entusiasmo por la Filosofía, tiene publicado el libro «Achipiélago de pasiones» junto con su profesor de Filosofia Robert Maggiori, para quien la virtud favorita de Carlota Casiraghi es la «dulzura».

«No podemos pensar en los sentimientos sin que una pasión afecte a otra», aseguro Casiraghi en la pasada presentación del festival artístico Hay Festival de Segovia.

«Cuando se habla de filosofía la gente piensa en algo abstracto con lo que no tienen conexión, pero el cuestionamiento filosófico nos une a todos, nadie puede afirmar que las cosas sea fáciles porque a todos nos afecta la muerte, el tiempo, el amor», añadió.

La hija de Carolina de Mónaco siempre ha evitado los actos públicos, más desde que hace un año cuando contrajo matrimonio con Dimittri Rassam, hijo Carole Bouquet. Vive en París, alejada del palacio de Mónaco, ha retomado sus estudios universitarios y disfruta de una vida tranquila junto a sus dos hijos, Raphaël Elmaleh, de 6 años, y Balthazar Rassam, de 1 año.

Se tiene la sensación de que Carlota Casiraghi está en todas las fiestas y actos sociales, no es así. Sus apariciones en publico son contadas, muy selectas, pero cada una de ellas se muestra fabulosa, con cierto aire de misterio, haciendo gala de su «chic« parisino, un estilo que la convierte en icono.

Después de su boda civil en Mónaco el 1 de junio de 2019, Carlota Casiraghi, contrajo matrimonio religioso en la pequeña abadía de Sainte-Marie de Pierredon, a las afueras del pueblo de Saint-Rémy-de-Pronvece, donde se volvieron a dar «sí quiero».

Reapareció en público junto a su marido en el estreno de la película «Le Meilleur Reste A Venir», de la que Dimitri Rassam es el productor ejecutivo.

Una aparición estelar, en la que Carlota Casiraghi llamó la atención con pantalones negros de cuero, camisa vaquera, abrigo negro y botas de cuero, un conjunto rompedor, tras su comentada ausencia en el Día Nacional de Mónaco.

La pareja siempre se ha sido muy reacia a mostrarse en público, solo aparecen juntos en ocasiones excepcionales o cuando los compromisos profesionales del productor cinematográfico así lo exigen.

Por expreso deseo de su madre, Carlota, tras el fallecimiento de su padre, Stéfano Casiraghi, en un trágico accidente naútico cuando ella tenía solo 4 años, creció lejos del foco mediático, viviendo con pasión las competiciones hípicas y envuelta en un aura de mujer reservada y misteriosa, ingredientes que han fascinado y le han aupado como icono de moda.

Digna heredera de la belleza de su madre, Carolina de Mónaco y de su abuela, Grace Kelly, Carlota Casiraghi, de rostro anguloso y belleza clásica, es una de las mujeres más elegantes.

Musa de Karl Lagerfeld e imagen de Gucci con las que ha hechos sus pinitos como modelo, Carlota Casiraghi, posee una personalidad con un aire rebelde que suele expresa en su forma de vestir, lo que le ha llevado a convertirse en una «it-girl«.

Carlota de Mónaco es una gran experta en moda. Sus estilismos, peinados y maquillajes son siempre admirados, nunca defraudan.No suele arriesgar, se muestra juvenil y moderna.

Explora las tendencias y las hace suyas, ideas que son seguidas por cientos de jóvenes, bien sea de aire románticos o de inspiración masculina, todos llaman la atención.