Prada a Tope: «La gente ponía todo en tela de juicio y que después de 50 años lo reconozcan es satisfactorio»

Porque el premio Haz Huella Empresarial de este 2022 se suma a una larga lista de reconocimientos por sus 50 años al frente de un sello que es el orgullo de todo berciano y leonés. Y para él es «una meta volante en el camino». Como amante del ciclismo no puede evitar esta metáfora, que reconoce «es la primera vez que la uso, pero define muy bien lo que quiero decir».

Y así sigue, atiende la llamada mientras viaja con Flor, van a Canedo para ver cómo va el desbroce para aquellos turistas que quieran ver los viñedos. «Ahora hemos comprado una especie de motocarro que puede llevar a seis personas», aseguran ambos que lo vieron en un viaje a Lisboa y al instante pensaron en cómo mejoraría eso sus rutas enoturísticas.

Una filosofía que le ha llevado a donde está. Prada celebra este año el 50 aniversario de Prada a Tope con la «satisfacción» de seguir recibiendo reconocimientos «y teniendo en cuenta toda su andadura». José Luis, fue tachado de 'loco' en sus inicios, y ahora es un orgullo ya que recuerda cómo «la gente ponía todo en tela de juicio y que después de 50 años lo reconozcan es satisfactorio».

La esencia y la filosofía de Prada a Tope ha quedado para siempre en el Bierzo y para él «después de muchos años es bonito». Pero aquí no cesarán sus locuras, ya que reconoce que «cuantos más años tengo, más tengo que seguir trabajando para no defraudar a nadie».

Esa es, tal vez, la clave del éxito. Ya que para Prada «cuando alguien llega a una meta y considera que llegó al final eso es el principio del declive». Por eso él no se fija metas, sino pequeños logros que va cumpliendo y ampliando y que «forman parte de un todo». Por eso, leonoticias le otorga este 11 de noviembre en el marco de la gala Haz Huella una «meta volante más».

Y si le preguntan por sus sueños, lo tiene claro: «No hay sueños específicos, vamos haciendo poco a poco cosas y luego se configura un ser». Porque, tanto para Prada como para Flor, «todo lo que hacemos es inicio de algo y el fin de otra cosa».

Uno de los sellos de Prada es el Palacio de Canedo y la evolución que sufre día a día. Algo que, a veces, ellos no perciben hasta que alguien se lo recuerda. «La gente cuando llega al Palacio siempre dice que hicimos algo nuevo, pero no somos conscientes», recuerda asegurando que «siempre hacemos pocas cosas en el día a día que configuran un hecho».

Y lo importante para ellos es seguir así «haciendo cosas que ya llegará el resultado final, ¿sabes lo que quiero decir?». Y ojalá ese resultado final tarde muchos años en llegar.

La calidad de los productos de Prada va unida a una renovación constante de los mismos, así como de nuevos manjares o proyectos. «Yo no soy innovador, creemos en las cosas que se hacen con trabajo» y así han ido configurando la excelencia. Pero para José Luis «no son sueños, puede ser el inicio de otra cosa que no se sabe donde estará la meta».

El nombre de Prada a Tope va unido al adjetivo de calidad y también a la comarca de El Bierzo. Una calidad que no cesa en cada uno de sus productos y que «mantenemos por sentido común, el sentido común te configura el camino a seguir».

Los orígenes de Prada en el mundo del vino vienen de su padre Ángel, que siempre tuvo viñas y bodega lo que configuraba en aquel entonces la vida de Cacabelos. «Hay que hacer las cosas bien y trasmitirlo así a los demás», así lo hicieron con él y así lo hace ahora Prada.

La rueda no puede parar por eso el Palacio de Canedo es siempre un bullir de actividad de mejoras de ir creciendo, pero poco a poco y sin perder nunca la filosofía por la que apostaron y tantas alegrías les ha dado.