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Es la ilusión de los más pequeños, que disfrutan en un sábado sin cole muy cercano a la Navidad. Y también la de los padres, que ven en sus ojos la felicidad del que también disfrutó montado en las atracciones.
León se divierte ... en los caballitos anticipando ya las fiestas navideñas. Instalados en varios puntos de la ciudad, los cachibaches atraen a niños y niñas a una diversión que parece eterna entre luces, colores y música.
Con las medidas de seguridad sanitaria obligatorias, los feriantes también recuperan no solo la ilusión, sino también unos ingresos negados desde que en marzo la pandemia impidiera ciertas diversiones.
En San Francisco no han sido pocos los que se han acercado al calor de la diversión que ofrecen las atracciones, quizás de la mano de los que ahora son niños, pero sin dejar de recordar aquellos días en los que eran ellos los que se subían a las tazas giratorias, al camión de bomberos o al gusano loco.
La navidad tiene esa nostalgia que hace que la ilusión, si no se vive en primera persona, de felicidad de solo compartirla.
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