El obispo de León hace un llamamiento a la «esperanza y alegría» en la misa de Navidad, su primera celebración

La celebración ha sido la primera eucaristía del nuevo obispo de León, Luis Ángel de las Heras, en el cargo desde el pasado sábado. La solemnidad de la Natividad del Señor ha sido especial este año, ya que ante las medidas sanitarias se ha suspendido el acto de adoración del Niño Jesús, pero los leoneses que han asistido a la eucaristía han recibido la bendición apostólica por parte del nuevo prelado legionense.

Una misa en la que el nuevo obispo de León hizo una llamada a encontrar el corazón del Niño Jesús en un día tan señalado y a pesar de las circunstancias no perder la alegría que rodea esta celebración.

Luis Ángel de las Heras animó a los feligreses a dejarse llamar por la luz para hallar al Hijo de Dios que será la esperanza que de luz a toda tiniebla. Fue tal el número de fieles que acudieron a esta eucaristía que se completó el aforo permitido para la misma y las puertas de la Catedral tuvieron que cerrar, impidiendo la entrada a algunos ciudadanos que no pudieron asistir a la misa.

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Con la estampa poco habitual pero cada vez más normalizada de ver a los diáconos y sacerdotes con la mascarilla en su camino hasta el altar mayor de la Catedral de León, la solemnidad y la alegría que siempre supone la festividad de la Natividad ha estado presente en esta eucaristía.

Con un mensaje de esperanza, de alegría y de fortaleza para superar, entre todos, la difícil situación ocasionada por la pandemia, la primera celebración del nuevo obispo ha sido la siempre trascendental misa de la Natividad del Señor.