Borrar
La vicepresidenta primera y ministra de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Carmen Calvo Efe

El Gobierno elude la autocrítica y rechaza una lectura nacional del 4M

La vicepresidenta Carmen Calvo achaca la derrota «sin ambages» a que el PSOE no sabe hablar de «cañas, ex y berberechos» y señala a los votantes como problema

Miércoles, 5 de mayo 2021, 15:26

El PSOE se niega a ver en los resultados de las elecciones madrileñas un aviso para Pedro Sánchez. La vicepresidenta, Carmen Calvo, defendió este miércoles que, aunque sea una región muy importante, Madrid no es en absoluto representativa de España y argumentó que el ... discurso que ha funcionado para Isabel Díaz Ayuso no tendría tan buena acogida en otras comunidades autónomas.

La número dos del Ejecutivo fue una de las pocas dirigentes socialistas que se pronunciaron sobre la catástrofe electoral de su partido a menos 24 horas de que se cerraran las urnas. Y, como ya hizo en la noche de autos el secretario de Organización, José Luis Ábalos, admitió que la suya fue una derrota «sin ambages» que, además, no esperaban. Pero en su discurso fue imposible detectar la mínima autocrítica.

Está aún por ver cuál es el análisis colegiado de la ejecutiva federal, convocada por Sánchez para este jueves a las cinco de la tarde. En privado, algunos dirigentes admiten que lo ocurrido debería tener consecuencias y llevan su mirada, como ya sucedió en las generales de noviembre de 2019, en las que los socialistas empeoraron sus resultados respecto a abril, hacia el director de gabinete del presidente del Gobierno, Iván Redondo, responsable de una campaña que juzgan desastrosa; pero se muestran escépticos con que pueda haber cambios.

De momento, Sánchez se ha limitado a hacer pagar la factura de los comicios a Ángel Gabilondo, que, a la espera de un retiro dorado como Defensor del Pueblo, se prestó a ejercer de candidato teledirigido por la Moncloa. Este miércoles Ábalos le agradeció los servicios prestados y le enseñó la puerta de salida. «Ha cumplido su papel», dijo. En el entorno del exministro de Educación se apresuraron a matizar que recogerá su acta de diputado y que no piensa dimitir, pero tanto en Moncloa como en el PSOE remarcan que no volverá a ser portavoz en la Asamblea, el único cargo semiorgánico que tenía.

Más allá de ese gesto casi cosmético, apenas ha habido reacción interna, quizá por que el presidente del Gobierno y su entorno aún tratan de asimilar un golpe que en ningún momento vieron venir. A pesar de que sabían que las posibilidades de desbancar a Isabel Díaz Ayuso y formar gobierno eran reducidas, no esperaban semejante castigo. En solo dos años el PSOE ha perdido en Madrid 274.028 votos, 10'46 puntos respecto a 2019 pese a que la participación fue el 4-M 12 puntos superior. De ser la primera fuerza de la Asamblea regional ha pasado a ser la tercera y ni siquiera liderará la oposición, un papel que corresponderá a Mónica García, de Más Madrid.

Desconcierto

Los dirigentes socialistas vivieron el día de la votación, hasta la misma hora en la que se cerraron los colegios electorales, bajo la ensoñación de una remontada que solo detectaron a partir del miércoles, cuando ya no podían publicarse sondeos electorales, los muestreos que siguió realizando la Moncloa. «Las cosas están muy igualadas –aseveraban convencidos– Puede haber sorpresa». Y la hubo, pero en la dirección opuesta. «Isabel Díaz Ayuso se queda dos años más con una victoria electoral que ha ido de algo que nosotros apenas podemos entender», se lamentó este miércoles Calvo.

En su desconcierto confeso, la vicepresidenta llegó incluso a achacar el resultado de su partido a una subversión de los valores y prioridades de la sociedad madrileña. «Para un socialista es dificilísimo ir a un debate a hablar de cañas, de 'ex' y de berberechos; nosotros estamos acostumbrados a jugárnosla con propuestas, con gestión, con objetivos y con trabajo. La señora Ayuso no ha rendido cuentas de dos años, ni ha aprobado presupuestos ni leyes. Bueno –simplificó–, si hay un electorado capaz de entender eso, nosotros lo tendremos que respetar».

El Ejecutivo confía en que con el paso de los días, el impacto del triunfo popular se disipe y la percepción de su gestión mejore. Todas las esperanzas están puestas en la estrategia de vacunación y los millonarios fondos europeos, que empezarán a llegar en julio. Al fin y al cabo, como remarcó el PNV, la aritmética parlamentaria no ha cambiado. Algunos socialistas, sin embargo, alertan de la lectura que puede hacer Podemos de sus propios resultados y admiten su temor a un desmarque que dificulte la acción de gobierno.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

leonoticias El Gobierno elude la autocrítica y rechaza una lectura nacional del 4M