Sánchez busca la centralidad el 23-J con un programa electoral sin aristas

El jefe del Ejecutivo dedicó casi más tiempo de su discurso a advertir, una vez más, de los «retrocesos» que acechan a España si el PP y Vox le desbancan de la Moncloa que a plantear las líneas maestras de lo que querría que centrara la acción de su Gobierno en la próxima legislatura. Ya lo advirtió el jueves en el mitin de inicio de campaña: insistirá en el asunto todos los días hasta la jornada de reflexión. Y no se cansará de apelar a la conciencia del votante «avergonzado» del PP, al que este viernes pidió abiertamente el voto.

El programa -que el PSOE no distribuyó a los medios hasta bien entrada la tarde, bastantes horas después de la presentación de Sánchez- consta de 263 páginas, pero en ellas no hay nada que pueda dar pie a que el carril en el que los socialistas creen haber situado exitosamente el debate cambie: ni medidas fiscales de impacto, más allá de la vaga afirmación de que se «evaluará la prórroga y ajuste» de los gravámenes a la banca y a las energéticas y el impacto del impuesto a las grandes fortunas; ni guiños en modo de propuesta al independentismo, pese a la reivindicación de su «valentía» a la hora de afrontar el conflicto catalán; ni siquiera, como en muchas otras ocasiones, la promesa de la denuncia de los Acuerdos con la Santa Sede.

En su intervención en una sala de eventos madrileña llamada 'Próxima Estación' -lo que le dio para varios chascarrillos sobre cuál será el destino de su programa -el BOE- y del PSOE -la Moncloa-, Sánchez marcó como principales objetivos para los próximos años cuestiones que presenta como sus señas de identidad: la consolidación del crecimiento económico; una transición verde y «justa»; la mejora de los servicios públicos; las ayudas a los jóvenes; la «plena igualdad efectiva» entre hombres y mujeres, y la perseverancia en la «convivencia y la calidad democrática», (aunque sin avanzar en este último terreno acciones futuras).

El programa socialista habla de un partido que intenta hacer olvidar los pactos con Unidas Podemos y los lazos con ERC o EH-Bildu y busca ahora situarse en la centralidad. Entre las propuestas concretas a las que Sánchez hizo alusión este viernes hay, de hecho, algunas que chirriarán a estos partidos como la creación, en coordinación con los bancos, de una cuenta de ahorro vivienda bonificada para lo «jóvenes» de hasta 39 años, exenta de impuestos hasta los 30.000 euros. También como medida para los jóvenes vendió el presidente la gratuidad de las matrículas universitarias y de FP superior de quienes aprueben «a la primera» y el transporte urbano libre para niños y estudiantes de hasta 24 años.

En el ámbito de «calidad democrática», el PSOE recupera una promesa que Sánchez planteó ya en 2018 y que tuvo que acabar abandonando ante la imposibilidad de hacerla efectiva sin una reforma constitucional, la eliminación de los aforamientos para delitos ajenos al cargo, y promete la ampliación del Pacto Antitransfuguismo (un compromiso del que el PP se salió en 2021).

En el bloque sobre el cambio climático, el presidente prometió una ley que «involucre a los vecinos» y que les permita «participar de la copropiedad» de los parques eólicos» y recibir hasta un 10% de los beneficios; y otra norma que impedirá la privatización del agua en los municipios. Y en materia de Igualdad, el blindaje del derecho de las mujeres «a ser asistidas por las instituciones públicas de modo que no pueda ser derogado o ignorado». «Es importante porque el PP -adujo- está dando al partido de Abascal en algunos territorios la consejería de Interior y Justicia, de la que depende la atención judicial y las políticas de prevención».