Cierre en el antiguo Palacio de los Deportes de Madrid. El PP de Pablo Casado ha vuelto al lugar en el que Mariano Rajoy concluyó su campaña de la mayoría absoluta, la de 2011. Ya no es aquel tiempo en el que los populares exhibían ... fortaleza en pabellones y plazas de toros como la de Valencia. La «quinta vuelta a España» del candidato de los populares ha estado plagada de mitines más modestos hasta llegar a este último escenario en el que los conservadores han celebrado el broche final.
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Fuentes del PP han cifrado en 9.000 los asistentes al Palacio de los Deportes, el Wizink Center. Y han calculado que otras 1.000 se han quedado en la calle. Prácticamente todos los barones territoriales -entre otros, Alberto Núñez Feijóo y Juanma Moreno-, muchos candidatos y el núcleo duro del partido conservador se han dado cita para una última petición de voto antes de las elecciones.
«Salgamos a ganar, no a empatar -ha reclamado Casado a los suyos-, vamos a la calle a decir que vamos a gobernar, que vamos a conseguir de nuevo hacer lo que parecía imposible, que juntos somos imparables, que España merece un mejor Gobierno, que tenemos que sacar a sus enemigos del Ejecutivo». Los populares pretendían una exhibición final de fuerza, un chute de ánimo en sus filas antes de las elecciones. Pero también la imagen de todo el PP sin fisuras en torno al candidato.
Al encuentro ha asistido el fichaje Casado, su número uno por Barcelona, Cayetana Álvarez de Toledo. Su designación generó, en su día, sensaciones contradictorias en la formación conservadora. Mientras una parte mostró su incomodidad por nombrar candidata a quien rompió con Mariano Rajoy por un profundo desacuerdo, en la dirección creen que ha funcionado como un «desfibrilador» para el partido en Cataluña.
En el mitin de cierre, Álvarez de Toledo se ha centrado en desmontar la expresión de «las tres derechas». Sólo el PP se ha salvado. Sobre Ciudadanos: «Dejemos que la criatura crezca en paz, experimenta los típicos trastornos de la adolescencia, el cerebro lo tiene todavía en combustión, hoy quiere ser Rosalía y al día siguiente, David de María». En cuanto a Vox: «Los que más atención merecen, los que no sólo se declaran de derechas, sino inequívocamente de derechas, virilmente de derechas. La derecha pata negra. Voy a decirles de qué pata cojean: de las dos». Apenas un kilómetro y medio separaba hoy a los populares de los de Santiago Abascal, concentrados en la Plaza de Colón.
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